Más recortes Mas
Opinión Por Juan Velarde. Reside usted en Tarragona? Pues entonces tenga mucho ojo con la clase de enfermedades que pueda sufrir porque, por ejemplo, si se infarta después de las cinco de la tarde, nadie le atenderá en los centros sanitarios de la provincia tarraconense, así llegue usted infartado.
El Ejecutivo de Artur Mas, especialista en los recortes, entre ellos el del cierre de quirófanos en horario vespertino, se niega, en cambio, a poner candados a las embajaditas y oficinas autonómicas que tiene en medio planeta y parte del otro. Es decir, usted, catalán de bien o residente en esa comunidad, puede estar perdido por esos lugares de Dios y quizá tenga suerte de encontrarse con la ayuda de una representación diplomática sui generis. Sin embargo, si vive en Salou o en Torredembarra, vaya rezando lo que sepa porque las va a pasar moradas. En el mejor de los casos, le derivarán a un centro barcelonés y en el peor, a esperar a las 8 de la mañana del día siguiente. Y eso si antes no la diña, que también puede ser.
Lamentablemente, el nacionalismo de CiU está tratando de acercarse cada vez más a ese secesionismo, a ese independentismo que otros partidos sí anuncian de manera nada disimulada. Fíjense ustedes que el nuevo ministro de Exteriores, el señor Margallo, le ofreció a la Generalitat la opción de compartir espacio físico en las entidades consulares que España tiene por el extranjero. La respuesta que se le ha dado por parte del Ejecutivo catalán es que no se quiere subordinar al centralismo y que se quiere seguir haciendo dispendios y derroches a todo trapo. Total, dirán Mas y los suyos, la ronda la pagan los contribuyentes.
Todos estamos de acuerdo en que uno de los grandes errores que se han cometido en este país es la transferencia de determinadas competencias, de que la sanidad, por ejemplo, no debía haber caído en las manos autonómicas porque al final se ha visto que en cada sitio se ha tratado de manera muy distinta. Si los navarros disfrutan de una sanidad de lujo, en otros lugares está siendo maltratada, con listas de espera infinitas, con una tropa de interinos interminable y con un instrumental que está a la altura de Kenia o de Eritrea y se me ocurre, por ejemplo, Canarias. Pero el récord del maltrato a los pacientes lo tenemos en Cataluña donde lo importante es tener oficinas consulares para mayor gloria de los acólitos del nacionalismo, aunque luego a los enfermos los dejes arrinconados o en estado moribundo porque no hay quirófanos donde poder atenderlos.