La diputada autonómica del Partido Popular, Milagros Bethencourt, recriminó hoy a la consejera de Políticas Sociales del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, que “siga eludiendo sus responsabilidades en la patética gestión que su departamento ha hecho de la política de Dependencia, escondiendo que cinco años después de su entrada en vigor, aún no ha tramitado más que un tercio de las solicitudes de ayuda”.

“Son casi 20.000 los dependientes canarios que presentaron desde 2007 una solicitud de ayuda con arreglo al procedimiento previsto en la Ley, y siguen esperando a que la consejera abandone el lamento que nos ha convertido en la comunidad autónoma que peor gestiona estas políticas, y comience a trabajar”, recordó Bethencourt.

Según indicó la parlamentaria del PP, en junio de 2012, “utilizando unos datos que cualquiera puede consultar en la web del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales, se había dictaminado en Canarias a 30.714 dependientes, y de ellos solo 11.083 han sido calificados conforme a la Ley, apenas un 30%, el porcentaje más bajo de todo el Estado”.

“En 2007, fecha en que comenzó a aplicarse esta ley –prosiguió-, las previsiones del Gobierno de Canarias hacían suponer que en las Islas habría unos 39.938 dependientes, cerca de 40.000, que tendrían derecho a obtener prestación, transcurrido este tiempo, la actuación de la consejera solo puede calificarse de rotundo fracaso”.

En este sentido, la diputada popular recriminó al Ejecutivo canario que pretenda hacer creer que no puede tramitar “ni una solicitud más de dependencia, cuando este proceso, que depende directamente de la propia consejera, acumula cinco años de retraso que han repercutido directamente en la financiación que percibimos”.

“El rostro de pena con que Rojas acompaña a sus críticas al Gobierno central, se ha convertido en una constante en sus apariciones ante los medios de comunicación”, denunció la diputada popular, quien recordó que el reparto de los fondos que corresponden a cada comunidad autónoma “ni siquiera se ha producido, lo que prueba la predisposición al victimismo de la consejera”.