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viernes, 15 de noviembre de 2024 00:00h.

¿Qué es eso? un barco, un Avión. NO, es una actuación de emergencias perfecta.

"Claro, a toro pasado es fácil criticar, tal vez la solución fuera que ante un suceso similar, se enviara a un “notario” para que certificase fehacientemente si era un avión o un barco o incluso un ovni y así no se genera alarma social"...

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http://enriquetadeo.blogspot.com.es/.-Como profesional con más de 15 años dedicados al sector de la Seguridad y las Emergencias, he estado en cientos de situaciones de emergencias y en alguna que otra catástrofe. Conozco muy bien lo que es trabajar bajo presión y con información escasa o en ocasiones difusa, por eso creo que algo he aprendido, o algo me han enseñado sobre la coordinación en situaciones de emergencias.


Yo, como otros tantos miles de profesionales que se juegan la vida por los demás, procuramos no entrar en debates absurdos sobre si se llegó tarde, o se debería haber actuado mejor, sobre todo porque la percepción temporal de quien está inmerso en una situación de estrés impide ver con claridad y más aún cuando se es un ciudadano de a pie. Sobre todo cuando alguien resulta muerto y te vas a casa con la sensación de haberlo matado tú por no haber estado a la altura. Sabemos que nadie es perfecto, nosotros tampoco. Por eso cuando terminamos una intervención siempre hacemos una valoración interna de lo sucedido para ver en que podemos mejorar, sobre todo porque ninguna actuación es igual a otra, siempre hay matices y variables que pueden hacer mutar los acaecimientos y aumentar el peligro.

Tras un repaso de los acontecimientos publicados en prensa y entrevistas con diferentes colectivos involucrados, quisiera aportar una posible versión de lo sucedido, haciendo simplemente un ejercicio de razonamiento, puesto que no puedo poner en evidencia a ciertas personas e informaciones a las que he tenido acceso. [...]


“Rápido. Un avión se ha estrellado delante de mi casa”

La historia dio comienzo el jueves 27 de marzo de 2014 a las 14:25h, cuando el 112 de Canarias recibe la llamada de un ciudadano con voz temblorosa afirmando que había visto caer un avión al agua delante de la zona de bocabarranco (Jinámar, Telde), en los sucesivos minutos este mismo Centro de Coordinación del Gobierno de Canarias recibe en apenas 5 minutos, más de una docena de llamadas de ciudadanos que se ratifican en los mismos términos, en algunos casos con cierto enfado y reproche porque no ven a nadie rescatando a las víctimas que según ellos están saliendo del avión, ya que este se encuentra todavía flotando (solo han pasado 5 min desde la primera alerta).

Llegados a este punto resulta necesario hacer una primera reflexión al respecto. Por un lado en referencia al inicio de la emergencia, ya que lo que ahora sabemos que era un barco, era a priori un avión que se había “estrellado”, sobre todo al escuchar numerosas llamadas de ciudadanos que utilizaban expresiones como; “Se acaba de caer un avión”, “Se ha estrellado un avión”, “He visto como un avión se estrellaba contra el mar”. Y es curioso este dato, porque nadie decía que veía un objeto de color amarillo de grandes dimensiones con forma de avión o algo similar, no, los alertantes daban por cierto los que sus ojos creían ver y tenían parte de razón, porque al ver la imagen de ese objeto flotante en la lejanía (aproximadamente 2 o 3 millas de la costa), hasta los policías y bomberos que se desplazaron al lugar tenían sus dudas. Lo que uno no se plantea es poner en duda la información facilitada por más de una veintena de ciudadanos, que todos se equivoquen o que te estén engañando (que no sería la primera vez que alguno lo intenta).


A esto hay que añadir que por experiencia cuando un suceso importante se presenta de forma inesperada, repentina o de improviso en una zona de mucho tránsito de ciudadanos, por regla general se reciben del orden de 3 ó 4 llamadas al mismo tiempo informando del hecho y en esta ocasión nada hacía sospechar que este suceso no fuera repentino e inesperado puesto que la entrada de llamadas no se produjo de una forma dilatada entre ellas, todo lo contrario, se recibieron cerca de un centenar de llamadas en un periodo de 30 min. Recordemos que el objeto flotante (la gabarra) iba navegando tranquilamente a muy poca velocidad, tirada por un remolcador ajeno a todo lo que sucedía a su alrededor, no apareció de la nada por arte de magia.

La Actuación

En muchos medios de comunicación, locales y nacionales, he leído que no se aplicaron los protocolos, que se apresuraron movilizando recursos y que el famoso Tweet del 1-1-2 no debía haberse publicado. Lo dicen los mismos medios que cuando escuchan más de una sirena de vehículos de emergencias, llaman de forma insistente al gabinete de prensa del 1-1-2 para enterarse de lo que ha pasado, presionando para publicar la noticia antes que otro medio, cuando ni siquiera la ambulancia o el vehículo de bomberos ha llegado al lugar y ha confirmado la situación real del incidente. Esos mismos medios que por cuestiones que se me escapan han llegado a publicar una noticia haciendo un copia y pega de una nota de prensa publicada por el gabinete de prensa del 1-1-2, ese al que ahora culpan de haberse precipitado.

 

Claro, a toro pasado es fácil criticar, tal vez la solución fuera que ante un suceso similar, se enviara a un “notario” para que certificase fehacientemente si era un avión o un barco o incluso un ovni y así no se genera alarma social, ni se active a todo el mundo, que es precisamente lo que pidió el controlador de torre que llamó al 1-1-2 confirmando que era un Boeing 737 con 190 pasajeros a bordo. ¿Se debió dudar de su información, no? Y aquí llega la segunda reflexión. ¿De dónde sale la confirmación de que es un Boeing 737 con 190 pasajeros a bordo?

"Aeropuerto de Gran Canaria... ¿confirma usted que es un Boeing?"

Lo primero es saber que existen dos sistemas o formas de controlar los aviones en el espacio aéreo. Por un lado la Torre de Control que se encarga de guiarlos por las pistas y darles salida para que una vez en el aire se pasen a otra frecuencia supervisada por Control Canarias (máximo organismo responsable de todo el espacio aéreo de Canarias) una vez alcancen cierta altitud de vuelo. Y ahí tenemos el primer problema, ya que el 1-1-2 informa a Control Canarias de que el supuesto avión es de color amarillo, Control Canarias confirma que no tiene ningún “tráfico perdido” (avión sin controlar) pero aun así buscan varias veces en sus puestos de radar, por si pudiera existir alguno, y en esa búsqueda hace lo que cualquier controlador en su sano juicio haría, preguntar a la Torre de Control de Gran Canaria si ellos han perdido algún avión de color amarillo o alguno de los que han despegado en los últimos minutos es de ese color, pensando en la posibilidad de que en ese lapsus de tiempo en que se traspasa el control de un avión desde la propia Torre hasta el Control Canarias, este se hubiera precipitado al mar sin poder avisar de la emergencia que tenían a bordo, algo poco probable, pero plausible.


Es más, el controlador de Torre hace otra cosa todavía más lógica, que es informar a los aviones comerciales que van a despegar, que por favor confirmen la visualización en el mar de alguna posible aeronave que pudiera haber caído al mar a la altura de Jinámar, que es precisamente por donde pasarán en su senda de ascenso y a una altura aproximada de 2.000 ó 3.000 pies (unos 1.000 metros de altitud). Y es entonces cuando al menos uno de esos aviones a una altitud considerable, confirma visualmente por su ventanilla izquierda (babor), la presencia de un objeto de color amarillo con cierta apariencia visual de ser un avión flotando en el mar, posicionándolo a unas 2 millas (náuticas) de la costa de Jinámar. Es aquí cuando el mensaje que se escucha en la Torre de Control pone a todos en alerta y el controlador en su ímpetu, más que justificado, por avisar lo más rápido posible al 1-1-2, les informa de forma directa por radio, confirmando que es un Boeing 737 puesto que coincide con uno de la aerolínea Tuifly y saben que su capacidad es de 190 pasajeros aproximadamente.

Realidad o Ficción

Durante mis años dedicados a la labor docente en materia de Seguridad y Emergencias, siempre he sido muy crítico en la realización de simulacros enfocados más a la imagen mediática que a la formación práctica por parte de diferentes colectivos profesionales y voluntarios en situaciones de emergencias. Nunca he creído que la rapidez con que aparecían los equipos especializados de segundo orden fuera tan eficaz a la hora de actuar en ejercicios como el CANASAR o similares y hoy en día creo que lo ocurrido con este suceso ha puesto de manifiesto que en algo me he equivocado.

He visto como la profesionalidad de todos y cada uno de los intervinientes (sin excepciones), han actuado conforme a sus protocolos, conforme a sus responsabilidades, codo con codo y sin echarse los trastos a la cabeza. Algo muy típico y característico del “Modelo Español”. Salvando el dramatismo de una posible desgracia humana, he visto uno de los mejores simulacros a lo largo de mi carrera profesional y me gustaría que se pudiera repetir en un contexto más analítico y planificado.

Los Reproches

Siempre he pensado que la política y los profesionales de las emergencias no hacen buena pareja y en este caso la Ley de Murphy quiso que en la Isla de Tenerife (a escasos kilómetros de la Isla de Gran Canaria) se encontrara la propia Ministra de Fomento reunida con el Presidente del Gobierno de Canarias en visita oficial, junto con numerosos medios de comunicación locales y nacionales. Lo que me lleva a pensar que mucha de la culpa, si es que podemos llegar a la conclusión de que hay algún culpable, es la propia presión de los medios de comunicación que al correrse la voz de lo sucedido provocó una bola de nieve que pudo haberse evitado de forma muy simple.

A los ciudadanos, nadie pude culparles, aunque llamen diciendo que lo que ha dicho la Televisión Autonómica (tras confirmar que era un barco) “es mentira”, porque él lo tiene grabado en su móvil y vio como se cayó el avión al mar.

Los ciudadanos en su conjunto, actúan como una masa homogénea la cual puede estar influenciada por el accidente del JK5022 de Spanair (agosto, 2008), la desaparición del vuelo MH370 de Malaysian Airlines (marzo, 2014), o más recientemente el impacto sufrido por la pérdida de cuatro compañeros que dieron su vida por entrenarse y ser más eficaces, aun si cabe, en su labor como profesionales en la búsqueda y rescate en la zona de Canarias (19 de marzo de 2014). Son ellos los que ponen la llave en el contacto y somos nosotros los que dirigimos el coche.

Al controlador que dio el aviso, le doy todo mi apoyo, porque sé que las decisiones que se toman en segundos no siempre son fáciles, lo que no comparto es ese corporativismo que han hecho otros compañeros suyos en defenderse atacando a otros colectivos, esa no es la manera. Y de hecho estoy seguro que la coordinación entre ambas administraciones no se verá afectada y que llegada la ocasión se actuará de la misma forma diligente que se ha hecho hasta ahora.

Por último, solo me queda mencionar a los periodistas, que no a los medios de comunicación que se dedican a esto, ya que entiendo que, al igual que nosotros, están sometidos a cierta presión en la búsqueda de noticias y su publicación en tiempo record. Les invito a que como profesionales que son, apliquen el mismo rasero que nos aplican a los profesionales que nos dedicamos a salvar y proteger la vida de los demás y no a burlarse con el chiste fácil y el comentario jocoso (por cierto Dani Mateo, no decimos “muyayo”). Nosotros, el humor negro lo utilizamos de puertas para adentro, para descargar nuestras emociones y no llegar a casa con la pesada carga del dolor de otros. No lo hacemos público menospreciando al prójimo simplemente porque parezca un fallo aprovechando que no hay víctimas.

El Twitter y el resto de redes sociales son una herramienta de los periodistas, no la única fuente original e indudable de la noticia, aunque sea de un medio oficial. Con esto solo consiguen que la próxima vez que ocurra un incidente de envergadura, tendrán que moverse al lugar de la noticia en vez de escribirla cómodamente desde el sillón de su oficina basándose en 140 caracteres.

En Emergencias al igual que en Periodismo, los datos se contrastan, se buscan fuentes de origen diverso, se analiza la información y se actúa en base a ella, y aun así pueden ocurrir sucesos como éste. La diferencia está en que nosotros tenemos el tiempo en contra y tal vez la vida que corre peligro sea un familiar cercano.

AUDIO DE LA CONVERSACIÓN