Juan Ramón Hernández firma la Orden de convocatoria de ayudas para mejorar la gestión de los SANDACH
Estos fondos están dirigidos a la eliminación de cadáveres y residuos de las explotaciones ganaderas, entre otros
El consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, Juan Ramón Hernández, ha firmado la Orden por la que se convocan ayudas dirigidas a explotaciones ganaderas, industrias agroalimentarias y establecimientos de gestión de subproductos para la mejora de la capacidad técnica de gestión de subproductos de origen animal no destinados al consumo humano (SANDACH)
Esta línea de ayuda, que tiene como objetivo fomentar la inversión en estructuras relacionadas con la gestión de estos productos para lograr una adecuada clasificación y valorización de los mismos, cuenta con créditos por valor de 40.000 euros financiados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Los solicitantes que quieran acogerse a esta convocatoria presentarán la documentación en el plazo de un mes, ante la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas y en las Agencias de Extensión Agraria.
Los SANDACH son los materiales que se generan en la producción primaria ganadera y en las industrias de transformación de los alimentos de origen animal, incluso en los mercados y supermercados, y que por motivos comerciales o sanitarios no entran dentro de la cadena alimentaria y, por lo tanto, necesitan ser gestionados adecuadamente.
Dentro de la definición de SANDACH se incluyen materiales como los cadáveres de animales, los decomisos de mataderos y salas de despiece, los alimentos que se retiran de los circuitos comerciales, los productos utilizados para fines técnicos como gelatinas, cueros, pieles, los cebos y trofeos de pesca y de caza, las grasas animales y sus derivados y las harinas de carne, hueso y pescado, entre otros.
Aquellos subproductos que pueden representar un riesgo para la salud o para el medio ambiente son separados e identificados, sometidos a tratamientos de trasformación para eliminar su peligrosidad y eliminados posteriormente mediante la incineración o el enterramiento; mientras que los que no son considerados peligrosos, una vez sometidos a tratamientos muy estrictos en empresas especializadas, pueden ser destinados a la fabricación de productos técnicos como fertilizantes, reactivos de laboratorio, biogás, biodiésel, o, en casos muy concretos, usados como alimentos para animales, principalmente de compañía.