La vicepresidenta reclama un cambio en la atención a los refugiados que cumpla con la legalidad internacional
Patricia Hernández recuerda, en el acto de lectura del manifiesto por el Día Internacional del Refugiado, que Canarias ha puesto “sobre la mesa no sólo nuestra voluntad, sino los recursos, para cumplir con nuestra obligación”.
La vicepresidenta del Gobierno, Patricia Hernández, presidió hoy el acto conmemorativo del Día Internacional del Refugiado en el que se leyó el Manifiesto “Por un cambio de rumbo que frene la violación de derechos de las personas migrantes y refugiadas”, elaborado por diferentes organizaciones sociales, sindicales y políticas.
Hernández comenzó su intervención recordando que cientos de miles de españoles tuvieron la necesidad de buscar un refugio que encontraron en países como México, Venezuela, Cuba o Argentina debido a la Guerra Civil y a la II Guerra Mundial e insistió en que “no podemos correr el riesgo de permanecer inmunes a lo que sucede en el mundo”.
“En aquellos días oscuros encontramos la mano tendida”, dijo la vicepresidenta, quien defendió la necesidad de que “quien huye a través del Mediterráneo, del Estrecho o del Atlántico se encuentre la misma mano amiga que nos encontramos nosotros. Siempre desde la legalidad internacional”, agregó.
“Como ciudadanos y ciudadanas -dijo- tenemos la responsabilidad moral de actuar. Por eso, miles de personas e instituciones en toda Europa reclamamos un cambio de rumbo al Gobierno de España y a los organismos europeos”, explicó la vicepresidenta, que añadió que “quienes cierran los ojos al pasado, a la legalidad internacional, terminará quedando ciego ante el futuro”.
Hernández explicó que “la indiferencia es siempre aliada del agresor” y recordó que Canarias, desde el primer momento, ofreció acogida a los refugiados, tanto mayores como menores de edad, dos de los cuales llegaron a las islas recientemente, y agregó que “hemos puesto sobre la mesa, no sólo nuestra voluntad, sino nuestros recursos como Comunidad, para cumplir con nuestra obligación y socorrer a quienes hoy piden ayuda”.
En 2015, sesenta millones de personas se han visto obligadas a abandonar su hogar de las que 20 millones son refugiados.
“Tras esos números se esconden realidades durísimas, como la de los menores, o las mujeres; doblemente discriminadas, doblemente expuestas a los peligros de la guerra o a las organizaciones de la trata de blancas”, dijo la vicepresidenta.
Patricia Hernández hizo una mención especial a los voluntarios al asegurar que “la crisis de los refugiados sirios ha sacado a relucir lo mejor y lo peor de Europa. Frente al inmovilismo de las instituciones europeas, frente al miedo que los populismos siembran en los países de la Unión, han surgido ejemplos de solidaridad, como los voluntarios que trabajan hoy en Grecia”, concluyó.
Por su parte, Juan Carlos Lorenzo, coordinador territorial de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Juan Carlos Lorenzo, leyó la primera parte del manifiesto, que denuncia unas políticas europeas de migración y asilo que “lejos de dar una respuesta solidaria, basada en el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas, han puesto en grave riesgo las vidas de miles de personas, muchas de ellas mujeres y niños, convirtiendo el mar Mediterráneo en la mayor fosa común en el mundo, donde han muerto más de 25.000 personas en los últimos 15 años”.
Lorenzo mencionó el acuerdo firmado con Turquía el pasado 18 de marzo, que “además de vergonzoso, es ilegal y pone en un mayor riesgo a estas personas”.
Esther Ortega, secretaria insular de organización de CCOO, leyó la segunda parte del manifiesto, en el que se insta al Gobierno de España a retirar su apoyo al acuerdo de la UE-Turquía y pide su retirada definitiva por parte del resto de los Estados de la Unión Europea, así como agilizar la acogida de personas refugiadas a través de los programas de reasentamiento y reubicación”.