AEGC urge al Ministerio del Interior a que se dote de más Guardias Civiles y medios a Algeciras y la Línea
El pasado sábado hasta seis embarcaciones se dirigieron simultáneamente a Marruecos. Los Guardias Civiles de la zona se encuentran desprotegidos y con pocos medios
La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), Asociación que engloba a todos los empleos y escalas de la Guardia Civil, se muestra muy preocupada por la problemática existente en el Campo de Gibraltar. A los ya habituales enfrentamientos y provocaciones de la Policía Gibraltareña, que más bien parecen interesados en proteger a delincuentes que en colaborar con la Guardia Civil, se suma la problemática del contrabando y el narcotráfico, que está alcanzado niveles alarmantes, especialmente en las zonas que rodean a La Línea de la Concepción, pueblo fronterizo con Gibraltar, y puerta de entrada a Europa del hachís procedente de Marruecos.
No es nada nuevo que en este pueblo y sus alrededores se viene realizando contrabando desde hace muchísimos años. Esta actividad con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo en “una forma más de subsistencia” que genera un estilo de vida propio y es aceptado por una parte de la sociedad linense. Este “mal endémico” de la ciudad también se ha visto influenciado por la crisis. Como consecuencia de la reducción de puestos de trabajo, ha aumentado el número de habitantes de la localidad que se dedicada al contrabando y al narcotráfico, a los que ahora se están sumando también personas de otras localidades y extranjeros.
El pasado sábado, hasta seis embarcaciones salían simultáneamente de embarcaderos ubicados en el rio Guadarranque. (Ver vídeo)
El aumento de contrabandistas, sin embargo, no está siendo contrarrestado con un incremento de personal y medios de la Guardia Civil, sino al contrario, los medios son menores. Además, esta delincuencia cada vez está mejor organizada y dispone de medios mejores, como embarcaciones de gran potencia.
Ésta, es la grave situación que están encontrando los Guardias Civiles destinados en la zona. La presencia de embarcaciones tanto del narcotráfico como del contrabando de tabaco por mar es constante, ya sean por la zona de levante o de poniente de La Línea (hay días que se han llegado a contabilizar siete u ocho embarcaciones). A ellas, se unen personas repartidas por todo el litoral, que están permanentemente pendientes de la ubicación de la patrulla, para garantizar así el éxito de su labor delictiva.
Los Guardias Civiles están sufriendo situaciones realmente alarmantes: choques entre embarcaciones del Servicio Marítimo del Cuerpo y de los delincuentes, e incluso efectivos en tierra que al interceptar una embarcación que va a realizar un alijo, se ven rodeados por decenas de personas para impedir su actuación. En ocasiones, varias personas han llegado a rodear a un vehículo oficial y a apedrearlo, e incluso a los propios Guardias Civiles. La peligrosidad de la situación está generando también un elevado número de accidentes, provocados por los vehículos empleados para el narcotráfico o contrabando, con el consiguiente estrés y daños físicos, que hacen insostenible la situación de los Guardias Civiles.
Las paupérrimas ofertas de empleo público de los últimos años (en los dos últimos años el número de Guardias Civiles ha descendido en más de 2.500 efectivos) están ocasionando problemas de personal en varias partes del país, pero zonas críticas como el Campo de Gibraltar, Ceuta o Melilla, lo están sufriendo especialmente. Sin embargo, parece que esto no es una prioridad para el Gobierno, que ni aumenta las plantillas ni cubre las vacantes existentes con prontitud, y está alargando aún más si cabe la adjudicación de destinos. Cientos de Guardias Civiles y sus familias llevan esperando casi cinco meses a que se resuelvan las últimas vacantes anunciadas, en diciembre de 2013.
AEGC considera apremiante dotar a las unidades de la zona con un mayor número de efectivos, con medios adecuados para ejercer su labor y asegurar su protección, y urge al Ministerio del Interior a afrontar esta problemática con la mayor rapidez, antes de que se produzca una desgracia en la zona.