Francis Franco Condenado a 30 meses de cárcel por arrollar con un todoterreno a dos guardias civiles
AEGC solicitó una condena ejemplar por considerar que además de la agresión el señor Francis Franco y su abogado estaban poniendo en tela de juicio los informes técnicos emitidos por los guardias civiles.
El juzgado de lo penal de Teruel ha condenado a Francis Franco a 30 meses de prisión al considerarlo autor, como de tres delitos, uno de atentado contra la autoridad , contra la seguridad vial y otro de daños debiendo resarcir por las lesiones sufridas al Guardia Civil actuante con 1.500 euros y a la dirección General de la Guardia Civil en 2720 euros por los daños causados al vehículo oficial. Como defendió durante el proceso nuestro abogado, Carlos Muñoz Obón, que ejerció la acusación particular en nombre de unos de los agentes que sufrió la colisión “voluntaria” del todoterreno que conducía el ya condenado Francis Franco.
Durante el juicio AEGC y su abogado defendieron los informes técnicos emitidos por los agentes y que la defensa intentó en todo momento poner en tela de juicio, dejando en duda el buen hacer de los guardias civiles quienes en todo momento sostuvieron que el conductor del todoterreno que les había embestido era el nieto del dictador y que, por tanto, no estaba en Madrid el 30 de abril de 2012, día de los hechos.
Para AEGC esta sentencia no sólo va a servir para resarcir a los guardias civiles a los que el señor Francis Franco puso su vida en peligro, sino que esperamos que sirva como ejemplo para todos aquellos que consideran que agredir a un servidor público, como lo es un Guardia Civil, no conlleva condena.
Desde AEGC no sólo hemos defendido durante el juicio el excelente trabajo técnico pericial de los compañeros encargados de realizar los complejos informes, lo hemos hecho en los medios de comunicación porque consideramos que los hechos juzgados eran muy graves ya que pudieron tener consecuencias tremendas para los agentes, uno de ellos, nuestro defendido, recordemos resulto herido de consideración.
Una vez más se demuestra que las agresiones a los guardias civiles no pueden ni deben quedar impunes.