Sánchez convoca elecciones generales tras la dura derrota en municipales y autonómicas
El preludio de las próximas elecciones generales ha teñido el mapa de una marea azul. Tanto que desde Ferraz han decidido poner fin al Gobierno y convocar elecciones para el próximo 23 de julio. Ni siquiera la tentación de asumir la presidencia de la Unión Europea ha conseguido evitar lo que los españoles pidieron a gritos en las urnas ayer. Las elecciones municipales y autonómicas han dejado claro que el avance del PP tiene una bandera a cuadros hondeando en la puerta de la Moncloa. El presidente popular, Alberto Núñez Feijóo compareció junto a los dos grandes ganadores, José Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso en lo que puede ser una imagen que se vea repetida dentro de dos meses.
La avalancha de apoyos a la formación de Feijóo no ha dado opción al Partido Socialista que tan sólo ha conseguido mantener la mayoría absoluta en Castilla-La Mancha. Emiliano García Page seguirá al frente de la presidencia manchega, mientras que Guillermo Fernández Vara no ha conseguido resistir en Extremadura, que podría teñirse de azul – y verde –. Empate a 28 escaños de socialistas y populares que obligan a los azules a pactar con Vox que, como ha dejado claro en numerosas ocasiones, exigirá entrar en el Gobierno si quieren contar con sus cinco diputados clave.
Algo muy similar, por no decir idéntico, a lo que ocurre en la Comunidad Valenciana, Cantabria, Aragón, Baleares o Murcia. En todas ellas, PP y Vox suman mayoría absoluta, pero el apoyo de los de Santiago Abascal no va a ser barato. Quieren entrar en los gobiernos y juegan con la importancia de sus votos para lograrlo. Uno de los grandes vencedores de la noche electoral, Carlos Mazón, es la cara del éxito popular en la Comunidad Valenciana. Su partido ha conseguido más del doble de escaños que en los últimos comicios, 40 ahora en comparación con los 19 de hace cuatro años. Situación similar a la que se vive en el resto de las comunidades mencionadas, destacando Cantabria, donde Revilla y su PRC dejarán la presidencia que ostentaban desde 2015.
Los grandes triunfos del Partido Popular han llegado en la capital. Madrid ha apostado por los de Génova 13 tanto para la alcaldía como para la presidencia de la comunidad. Almeida ha logrado los 29 concejales mínimos para la mayoría absoluta, evitando de esta forma pactar con Vox y pudiendo gobernar en solitario. Lo mismo que ocurre con Ayuso que ha sobrepasado la mayoría absoluta en tres escaños, alcanzando los 71. Vox resiste el crecimiento popular manteniendo diez de los trece diputados que obtuvo en 2021 en la asamblea madrileña. Al mismo tiempo, Más Madrid y PSOE crecen como consecuencia de la desaparición de Unidas Podemos, que no alcanza el 5% necesario para obtener representación.
Los resultados, como han reconocido los propios dirigentes socialistas, son realmente decepcionantes para ellos. La debacle de la izquierda ha sido aún mayor de lo que vaticinaban las encuestas y se han perdido algunos municipios muy importantes a nivel simbólico, como es el caso de Sevilla, donde el PP ha desbancado al PSOE como primera fuerza y podría lograr la alcaldía pactando con Vox. La derrota sin paliativos que han sufrido los partidos del Gobierno ha tenido inmediata respuesta esta mañana desde la Moncloa. Pedro Sánchez, previa conversación telefónica con Felipe VI, ha anunciado la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio.
Desde el Partido Popular consideran este pasado 28-M como una “moción de censura”. La victoria ha sido tal que Sánchez no ha tenido otra opción que no por sensata ha dejado de ser sorpresiva para la facción morada del Ejecutivo. La rueda de prensa convocada esta mañana ha sido tan corta como contundente. El aún presidente ha anunciado la decisión en una declaración que no ha superado los tres minutos. La convocatoria de las elecciones a finales de julio no parece fruto de la casualidad, aunque sí del descuido y desinterés por situaciones de suma importancia como la presidencia de la Unión Europea.
España, presumiblemente, cambiará de Gobierno apenas 23 días después de asumir el cargo al frente de la UE. Y lo hará, además, tras unas elecciones en las que las fechas complican la afluencia a los colegios electorales. Teniendo la posibilidad de colocar la cita con las urnas hasta diciembre, hacerlo en pleno verano dificulta contar con una alta participación, lo que, precisamente, beneficiaría la derecha. Con todo y con eso, las elecciones de ayer parecen indicar que la salida de Pedro Sánchez de la Moncloa está escrita y que Feijóo debería tomar el testigo, aunque hasta que no se cierren los colegios electorales el domingo 23 de julio, la política española podría sufrir su enésimo giro de guion.