Mis hermanas, mis sobrinos  y yo, queremos dar las gracias a todas las personas que, de forma presencial o por teléfono, nos han ayudado  en estos momentos en que hemos despedido a nuestra madre.

Ella, la mejor madre del mundo, se fue en paz y en la confianza de que sus hijos la cuidamos lo mejor posible hasta el último día.
Dar las gracias a la alcaldesa de Agulo por presentarse la primera en el hospital a las 5 y media de la mañana y facilitarnos las cosas cuando el dolor nos cubría como una segunda piel.

A Javier ( de la funeraria Santa Catalina de Hermigua) por su eficacia y elegancia en el trato. A Pedro González García y Esteban Morales por ayudarme en este trance.

A mis tíos y primos por estar cerca de nosotros. A los amigos de mis hermanas por arroparlas como si fuesen sus hermanas.
A mis amigos Jose Andrés Medina, Ramón Rodríguez, Alexis Serafín, Moisés Cabello, Rafa Cabello, Carlitos Segredo, Francis, …por recordarme que no estaba solo y por darme fuerzas en este mes y medio en el que hemos sufrido tanto.

Gracias a Merceditas Raya, Yoya la de Ibrahim, Carmita la de Periquín, Mari la Chama, María José Belda, … por gastar su tiempo y energía en hacernos las cosas más fáciles.

A mi querido pueblo de Agulo por estar con nosotros cuando todo parece oscuro ( sé que esto se debe sobre todo al aprecio que le tiene mucha gente a mi hermana Nancy).

A toda la gente de la que me estoy olvidando y que, en su generosidad, sabrán disculparme.

Y, sobre todo, a la mejor madre del mundo, la que se ha ido y la que no se olvidará, la que fue madre siempre antes que nada, la que hacía mojo en la mortera de la vida con ingredientes de nobleza y gratitud. A esa que nos ha dejado huérfanos del amor más puro que se ha conocido entre los riscos de Abrahante y la Zula.

Nuestra madre: Isidora Segredo Fagundo.
Fdo: Oscar Mendoza.