Los seis alcaldes de La Gomera, Néstor López, Manuel Ramón Plasencia, Ángel Luis Castilla, Miguel Ángel Hernández, Jaime Noda y la alcaldesa, Solveida Clemente han remitido en el día de hoy una carta al Presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo en la que le recuerda que en el año 2012 mantuvieron una reunión conjunta de Ayuntamientos y Cabildo para analizar diversos temas de interés insular y entre ellos estaba el futuro del edificio del antiguo hospital, clausurado en aquel momento tras haberse inaugurada la nueva sede hospitalaria el 7 de abril del año 2010 por el presidente del Gobierno, Paulino Rivero. 

Los ediles señalan que en aquel encuentro se propuso “la participación económica de los respectivos consistorios al objeto de adecuar el viejo hospital de La gomera en un centro de mayores de ámbito insular y se solicitaba celeridad  para evitar precisamente el considerable deterioro que se estaba ya produciendo en aquellos momentos”. 

Los alcaldes de Agulo, Alajeró, San Sebastián, Valle Gran Rey, Vallehermoso y Hermigua  afirman --y así se lo hacen saber a Curbelo--  afirman “que a pesar de aquella reunión,  en estos momentos, cuatro años después del cierre de las instalaciones,  todo apunta a que el estado actual de las instalaciones es de un deterioro que ha sido progresivo y por lo tanto, ello ha duplicado o triplicado los gastos necesarios para su rehabilitación con respecto a los que podrían haber sido en 2012”. 

El Presidente del Cabildo, según los representantes municipales, ha convocado para el próximo miércoles, 4 de junio una reunión para la presentación del Plan de Viabilidad del antiguo centro hospitalario, pero consideran que “la responsabilidad del actual deterioro causado corresponde a la Institución de su Presidencia” y le informan que “no asistirán a la misma  por considerar que en su momento no se resolvió con celeridad la situación de las mencionadas instalaciones”.

Los ediles gomeros cuestionan además, “que la supuesta privatización de las antiguas instalaciones hospitalarias sea la fórmula más adecuada. Ya que los beneficios  que una empresa privada debe obtener  para rentabilizar tanto la inversión de rehabilitación como el mantenimiento de un centro de estas características no estaría acorde con las posibilidades económicas de nuestros mayores y sus familias”.