El Cabildo de La Gomera avanza en la ejecución del Plan de Recuperación del Lagarto Gigante
La estrategia para conseguir la reintroducción de los ejemplares en su hábitat natural posibilitará la suelta de 100 lagartos en los próximos meses
Fue en el año 2006 cuando el Cabildo de La Gomera inició el Plan de Recuperación del Lagarto Gigante de La Gomera para lograr la recuperación de una especie amenazada y de la que se tuvo constancia real de su existencia en el año 1999 cuando se encontraron los primeros ejemplares en el municipio de Valle Gran Rey.
Desde entonces, la Institución insular puso en marcha un programa dirigido, por un lado a la recuperación, pero también destinado a la concienciación social para convertir a los gomeros en los principales aliados de las tareas de conservación. Tal y como explica el consejero de
Desarrollo del Territorio, Alfredo Herrera, las labores realizadas en estos años han permitido que la especie pueda seguir dando pasos hacia el hábitat natural y su salida escalonada de los terrarios del Centro de Recuperación.
El consejero insular destaca que la hoja de ruta seguida ha permitido la creación de poblaciones estables en varios puntos de la geografía gomera, “lugares previamente estudiados y en los que la presencia de depredadores no ponga en riesgo su supervivencia”. Así, asegura que ha sido posible la incorporación de ejemplares a la vida en libertad, después de pasar por un proceso en el que aprenden a identificar peligros externos.
Según los datos con los que cuenta el Cabildo, la población de la especie ha ido creciendo y, en los próximo meses, se realizará una nueva puesta en libertad de un centenar de lagartos . “Esta nueva acción nos permitirá seguir avanzando en la recuperación y creación de nuevas poblaciones”, asegura Herrera, quien añade que los emplazamientos elegidos no se hacen públicos para minimizar la posible incidencia de agentes externos que dificulten las tareas de adaptación.
Por último, en referencia al estado de la especie, confirma que sigue estando en peligro de extinción, aunque el asentamiento de nuevas poblaciones y las medidas de control de depredadores han posibilitado que mejore su situación.