Finalmente Casimiro Curbelo estalló. Después de meses de intentar lavar los trapos sucios en casa, de no entrar en el juego de las provocaciones y minimizar de cara a la galería las divisiones del PSOE en La Gomera, el secretario insular de los socialistas apuntó hoy con el dedo a Julio Cruz como instigador de la campaña iniciada para retirarle de la carrera electoral.

“En política uno empieza a ver ya traiciones por todos lados y además traiciones que uno no se las espera, de compañeros inclusive que tienen posiciones políticas importantes en el ámbito regional. Me refiero al secretario de Organización regional”. Así se expresó Curbelo en las ondas de Radio Isora después de meses de quitarle importancia a las discrepancias surgidas en el partido con los alcaldes y el propio Cruz.

Por la mañana el presidente había leído la información publicada por el rotativo Canarias 7  en la que se aseguraba que Ferraz ya había decidido que no se presentara como cabeza de lista al Cabildo. Curbelo era consciente de que durante los últimos días el sector encabezado por Cruz había venido trabajando en la sombra para que no repitiera al Cabildo. La excusa sería la política impulsada desde Ferraz de evitar que se presenten candidatos imputados. “Por ahí hay algún periódico que me quiere jubilar”, dijo el presidente en un momento de la entrevista que había sido fijada días antes de que estallara la guerra.

Pero acto seguido el presidente se mostró rotundo y se reafirmó en sus posiciones como siempre que se siente atacado: “Seré el candidato”, aseguró. Lo que no se ha desvelado todavía es si Curbelo lo será por el PSOE en el que milita desde 1983 y en el que siempre ha cosechado mayorías absolutas o al frente de ese misterioso partido que según dicen registró en su momento cuando comenzó a percibir movimientos extraños entre sus compañeros.

Precisamente, a esta lista continua de victorias electorales es a lo que atribuye el presidente parte de lo que está ocurriendo. “Es cierto que los adversarios políticos no perdonan que les ganen siempre en las urnas”. Curbelo advirtió al secretario general, Pedro Sánchez que “de seguir en la línea de querer mandar para casa a todo aquel que esté imputado, ya veremos la cantidad de denuncias que caerán en las próximas elecciones para retirar a los contrincantes de la vida pública. Estoy en activo y seguiré al servicio de los ciudadanos, ahora, en mayo, en junio y en diciembre del año que viene”, dijo el secretario insular en lo que sonó como un desafío a todos aquellos que le quieren cortar las alas en la carrera electoral.

En cualquier caso sí fue rotundo al indicar que seguirá trabajando por los vecinos como ha hecho hasta ahora, en contra de lo que hacen otros cargos públicos que utilizan estos puestos para enredarse en maniobras maquiavélicas, lo que sonó a una referencia a Cruz y los alcaldes.

A la pregunta de si Curbelo consideraba que el PSOE no estaba unido, la respuesta fue igual de contundente: “El partido socialista no ha estado unido nunca. ¿Usted cree que después de lo que pasa en La Palma, en El Hierro o en Tenerife el partido está unido? ¿Después de querer constituir una gestora para cortarle la cabeza al presidente del Cabildo de La Gomera y al secretario insular, el partido está unido? No, no lo está”. Y por ello, en caso de que no se reconduzca la situación actual Curbelo augura un batacazo electoral del PSOE.

Pese a que por lo visto el partido no está con el presidente, el presidente sí está con el partido. Durante la entrevista radiofónica no se ahorró elogios a la figura de la nueva candidata a la Presidencia del Gobierno de Canarias, Patricia Hernández. “Lo principal es que reúne el apoyo de la militancia que me parece el requisito básico en democracia. No tengo nada que objetar, sino al contrario. Es joven, tiene conocimientos políticos como senadora y diputada y el partido lo que tiene que hacer ahora es apoyarla cien por cien para convertirla en una candidata ganadora y para que sea presidenta de todos los canarios”. Haciendo un juego de palabras, Curbelo dijo que esperaba que el partido se pusiera al servicio de la candidata “pero también al revés”.