La Gomera participa en el I Congreso de Museos de Canarias
Los Museos de La Gomera presentaron dos ponencias referidas al proyecto socioeducativo realizado durante el año 2016 y a la participación ciudadana en los proyectos de investigación de los museos.
Han pasado más de 150 años para que los profesionales del sector museístico de Canarias se reuniera el pasado fin de semana en La Orotava, de la mano de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias. Con gran éxito de convocatoria el congreso se desarrolló entre la cercanía del equipo organizador y las ganas del público asistente, que en varios casos llenó las salas donde tenían lugar las comunicaciones e intervenciones que llegaron desde todo el Archipiélago; la falta de tiempo para los debates fue muestra de ello.
El consejero de Patrimonio, Adasat Reyes, apuntó a la necesidad de crear foros de ámbito regional que den cabida a las demandas de cada uno de los museos de las islas. En este sentido, subrayó la idoneidad de estos encuentros para compartir conocimientos y cooperar en el desarrollo de políticas culturales. “La participación de La Gomera en este congreso de profesionales sirve para mejorar las estrategias de investigación y gestión de nuestro patrimonio”, dijo Reyes.
El titular insular de Patrimonio hizo hincapié en la propuesta de crear un sistema canario de museos como herramienta que permita el fomento de investigaciones científicas y el adecuado conocimiento de las colecciones que se albergan en ellos. “La propuesta planteada desde el Gobierno de Canarias es una iniciativa adecuada para fortalecer los museos de las islas y posicionarlos como polos de atracción tanto para turistas como residentes”, indicó.
Durante las jornadas de trabajo, el Museo Arqueológico de La Gomera y el Museo Etnográfico de La Gomera, dependientes del Cabildo Insular, participaron con dos intervenciones. Empleando una “performance”, el equipo formado por los Museos de La Gomera, la empresa de arqueólogos PRORED y la iniciativa socioeducativa La Furgoneta Fantástica, recrearon en la sala de la Mesa 1 del Congreso, un espacio en penumbra –una cueva-, que iba a ser “excavado” a través de las palabras de los participantes en el proyecto expuesto. Paralelamente, el equipo añadía dos distintos niveles de información más, primero a través de una proyección continua de imágenes e ideas procedentes del proyecto; y segundo, con la intervención de los sentidos en el aprendizaje de la historia (se repartieron trozos de caña de azúcar que los asistentes podían comer mientras asistían a la intervención “principal”). Se expuso primero el origen del proyecto, el porqué, su metodología, y la percepción emocional que tuvimos sobre el mismo, además de una reflexión final que subrayaba la necesidad del diálogo y el juego como vehículos de aprendizaje.
Por otro lado, los museos de La Gomera participaron el sábado 26 en una ponencia más formal, donde se expuso el papel de la comunidad dentro de los proyectos de investigación. Se esbozaron las condiciones generales de la isla y de asiento de los museos, como museos locales enclavados en ámbitos rurales, si bien con naturaleza insular. Se trataron los proyectos concretos y algunos fragmentos del proceso seguido, importantes para entender la propuesta llevada al congreso: que las instituciones museísticas dispongan de una perspectiva territorial de su trabajo e incorporen a la comunidad a la actividad investigadora.
Desde su apertura en 2007, los museos de La Gomera han apostado claramente por el trabajo con el entorno insular; un ejemplo es la celebración del Foro de los Museos, cuyas actividades se han desarrollado en todos los municipios de la isla. Buena parte de la acción social de la mayoría de los museos se concentra en el área de Educación, y específicamente en el trabajo con centros educativos de enseñanza reglada. La propuesta que se maneja desde las intervenciones descritas promueven una acción social que tenga en cuenta a toda la Comunidad, y que no se desarrolle exclusivamente paredes adentro del Museo. Además se explora la posibilidad de la participación de la Comunidad en los procesos de investigación sin que por ello se pierdan rasgos del corsé formal al que obliga la ciencia.