La semana pasada se anunciaba a bombo y platillo que el Cabildo Insular de La Gomera convocaba a los vecinos de la Calera para presentarles el proyecto para la rehabilitación de la escuela y la habilitación del espacio público del mirador de Juan Rejón.

Durante esos días y tras conversaciones con los vecinos y otros informantes, pusimos de manifiesto una serie de puntos imprescindibles para que el proyecto tuviera viabilidad más allá de tirar dinero en obras. Pues bien, sentimos informar que teníamos razón, los puntos no sólo se han cumplido sino que han aumentado, y ya podemos anunciar que el futuro Mirador de Juan Rejón se va a convertir en la próxima “obra pufa” del Cabildo insular de la Gomera.

Primero: El proyecto no ha sido realizado contando con los vecinos de La Calera. Una vez más, se trae algo ya definido y amenazas de perder la inversión.
Segundo: Se pretende construir una especie de instalación socio-cultural. Una casa cultural en miniatura con un espacio que no llega al medio centenar de asientos (esto lo averiguamos gracias a las fotos de un periódico digital ya que el proyecto no está en información pública ni puede descargarse para su estudio). Es decir, se va a construir una instalación pública sin utilidad clara, sin capacidad de atraer turismo y sin beneficio alguno para la población más allá del dinero que se gastará en la obra, y que, tememos, vaya para alguna empresa de fuera con trabajadores de fuera.

Perece ser que tanto Casimiro Curbelo como Fernando Méndez siguen con su idea de llevar el centro de interpretación del Lagarto Gigante al Palmarejo, o simplemente no realizarlo y perder ese atractivo turístico para Valle Gran Rey, lo que no deja de ser una prueba más de sus ganas de “matar turísticamente al pueblo”. ¿Y por qué en el Palmarejo y no Juan Rejón? Si fuéramos mal pensados creeríamos que esto se hace para que las guaguas cargadas de turistas de los cruceros de la Villa puedan ver los lagartos y volver a tiempo de comer en algún restaurante de Las Hayas.

Tercero: No se prevé ningún tipo de actuación que mejore la accesibilidad de la zona. No habrá peatonal, carretera,… ni tan siquiera una partida adecuada para señalización ni información turística.

Cuarto: Sigue sin haber un solución para el problema de las antenas ilegales de telefonía móvil ni para el problema de telecomunicaciones del municipio. Como ya anunciamos, todas las administraciones implicadas seguirán mirando para otro lado.

Quinto: No existe una partida presupuestaria definida, ni plazos de ejecución,… simplemente existe la promesa de invertir un millón de euros.

Por si todo esto fuera poco, hemos sabido que la realización del proyecto no se ha sacado por concurso público de ideas, se le ha dado a dedo -lo normal en esta isla- a un arquitecto de Tenerife vinculado al partido socialista. Un exconcejal de Santa Cruz de Tenerife denunciado ante la Fiscalía Provincial en un caso de presunta prevaricación y malversación de caudales públicos. Según la denuncia, cobró 160.000 € por la realización del proyecto para una residencia para discapacitados en Buenavista sin que constara la realización del mismo.

Además, se le atribuyen otros casos curiosos, como su ausencia en el pleno que facilitó la aprobación del polémico Plan General de Zerolo, o una cena por todo lo alto que se dieron ambos cargos públicos en un conocido restaurante de lujo, todo pagado de las arcas municipales (fuente eldigitaldecanarias.net). Sería bueno que la oposición en esta isla, así como el propio Colegio de Arquitectos de Canarias, le preguntaran al Cabildo el porqué de su proceder y la cuantía de los facturas que se han pagado y se pagarán tanto por este trabajo como por aquel proyecto de carretera a Juan Rejón que luego se supo urbanísticamente inviable.

Para finalizar, nos alegra mucho que el Cabildo siga leyendo nuestras notas de prensa para planificar las actuaciones en la isla aunque, de la misma forma, preocupa mucho su incapacidad manifiesta para comprenderlas y hacer las cosas medianamente bien.

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