Sí se puede reivindica el turismo "fiel e incondicional" de Valle Gran Rey

Con un sencillo acto realizado en la tarde del pasado sábado 21 de noviembre, el Comité local reclama la defensa del actual modelo turístico de Valle Gran Rey de pequeños establecimientos e instalaciones hoteleras y PYMES asociadas.

 

Miembros del comité local de Sí se puede, acompañados por Rubén Martínez, consejero en el Cabildo Insular, han homenajeado el turismo incondicional y fiel de Valle Gran Rey en la persona de una visitante, una mujer alemana que desde el año 2002 viene al municipio tres veces al año y cuya estancia media es de tres meses. 

«A este municipio, a pesar de que se encuentran mil trabas para llegar hasta aquí, vienen muchos turistas que repiten año tras año y que hacen de Valle Gran Rey su lugar fijo de vacaciones. Se quedan en los establecimientos tradicionales de aquí, compran en nuestros comercios, comen en los restaurantes y realizan actividades durante su estancia. Esto sí genera desarrollo y permite un reparto en los beneficios del turismo, por lo que es un modelo absolutamente reivindicable», señala Guzmán Correa, portavoz del comité local y concejal en el Ayuntamiento.

Para Correa, «cuando los partidos tradicionales hablan de turismo de calidad, sólo se refieren al turista que tiene dinero, sin importarles que ese dinero se concentre en pocas manos cuando se gasta. En Valle Gran Rey se ha dado un modelo que hace un reparto más equilibrado de las ganancias, pero desde las Administraciones Públicas parece que no se quiere mantener ni mucho menos reforzar este modelo. No es lo mismo turismo de calidad que calidad en el turismo, y el turista fiel de Valle Gran Rey aporta calidad en la economía local». 

Por su parte, Rubén Martínez, consejero electo por Sí se puede, expone que «el modelo que reivindicamos es el que permite que el sector turístico sea más sostenible y se conecte con el sector primario, el modelo que se basa en un tipo de visitante respetuoso con el patrimonio natural y con la cultura y economías locales.

Está claro que este modelo tiene que apostar también por mejorar, y ya lo están haciendo muchos establecimientos, pero esta mejora no puede significar un cambio radical».

Desde Sí se puede explican que con este acto no se quiere ir en contra de otros modelos, pero sí que se abra un debate respecto a las políticas dominantes de promoción y planeamiento turístico que se hace por parte de las Administraciones Públicas. Así, Martínez cree que la sociedad gomera y la clase política deben hacerse una serie de preguntas cuando se trabaja en turismo. 

«¿Es racional que la comunicación de esta isla con Tenerife esté regida exclusivamente por el turismo de excursiones desde el Sur de Tenerife o Puerto de La Cruz, y que ese turismo, que alcanza cifras de cientos de miles, no deje en la isla ni un 10% del coste de la excursión? ¿En qué nos estamos beneficiando los ciudadanos y ciudadanas de a pie del turismo de cruceros? Se destina mucha inversión pública en puertos, se modifican horarios comerciales y laborales para satisfacer esta demanda, ¿pero quiénes se están beneficiando realmente de estas inversiones?» plantea el consejero.

En el acto, el Comité local de Sí se puede entregó a una turista una cesta regalo que contenía bonos de descuento en comercios locales y en empresas de actividades, así como un CD del Grupo Hupal para premiar su fidelidad con el municipio.  
«Estos turistas merecen un trato diferencial por todo lo que aportan y por su incondicionalidad para venir a Valle Gran Rey pese a que llegar aquí desde Europa es casi una odisea. Horarios de barcos inadecuados, ausencia de línea interior, trabas para que los taxistas de aquí puedan recogerlos en San Sebastián…, pero siguen apostando por Valle Gran Rey. Nadie los recibe con regalos ni actuaciones musicales, pero siguen viniendo a pesar de las obras y las políticas desacertadas en infraestructuras y servicios que se plantean», se señala desde el Comité local de Valle Gran Rey.

Sobre la Turista

Inés, mujer alemana de 42 años. Viene a La Gomera desde el año 2002 y sus estancias tienen una duración de 3 semanas en Noviembre, de 4 semanas en fechas próximas a la Semana Santa y generalmente de hasta 6 semanas en verano.

De Valle Gran Rey le gusta sobre todo la armonía entre la tranquilidad y la oferta de  actividades que existe en el pueblo. La cercanía del mar y del monte es lo que busca ella. Ha convencido a amigos y familiares para que también visiten y conozcan La Gomera.

Generalmente viene sola. Le atrae especialmente lo fácil que resulta aquí viajar sola como mujer y le resulta muy especial ver cómo siempre coincide con otra gente conocida que como ella viene a Valle Gran Rey varias veces al año. Según ella, «es un sitio totalmente diferente al lugar donde yo vivo, pero en el que me siento como en casa».

Siempre elige un apartamento privado. En los últimos 5 años siempre se queda en el mismo, por el trato familiar de los gomeros, por la tranquilidad y porque quiere apoyar a la economía del pueblo y no a grandes touroperadores. 
Tal es su fidelidad, que siempre deja una maleta en el establecimiento donde se hospeda habitualmente.

La llegada y la salida hasta Valle Gran Rey la reserva desde Alemania con transporte local de bus o taxi, opción que le parece muy cómoda y práctica.

Durante su estancia, ella gasta su dinero en establecimientos como restaurantes y bares. Suele alquilar una bicicleta durante toda su estancia para moverse dentro del pueblo. También aprovecha para disfrutar de masajes y acupuntura, y para realizar actividades como ver los delfines, alquilar un kayak o hacer una excursión de senderismo en el monte.

Ella ve como uno de los grandes atractivos de Valle Gran Rey el factor relax que obtiene cuando viene al pueblo, la amabilidad de su gente, que se nota especialmente cuando uno viene varias veces al año y ya es conocido.
Como déficits, entiende que hace falta una mejora en cuanto a los horarios y conexiones de guaguas, terminar la avenida marítima y la implantación de una línea de barco que llegue a Valle Gran Rey. 

También echa en falta una mejor atención y protección de los animales, una mejora de la recogida de residuos y un mayor compromiso con la naturaleza y los paisajes de la isla.