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lunes, 16 de diciembre de 2024 19:20h.

Reconocen y recomiendan la cocina de la Tasca "La Vieja Escuela" de Agulo, La Gomera

La web pasaportea.iberostar.com describe a La Gomera como un lugar de naturaleza y magia en forma de isla.

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Naturaleza y magia en forma de isla. Eso es La Gomera, una isla extraña, en forma de volcán, con el Parque Nacional de Garajonay declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986 en el centro, 90 kilómetros de costa escarbada de acantilados y playas de arena oscura o callao, y unos pueblos y ciudades que fascinan tanto por su arquitectura como por la aparente distancia que mantienen con las localidades más contemporáneas.

Una isla difícil de describir y con una espectacular facilidad para sentir que uno de los mejores lugares en los que hacer desaparecer la velocidad de la vida cotidiana para convertirla en paz, armonía y descubrimiento a cada paso.

Si algo llama la atención de La Gomera es su forma casi circular y su horografía escarpada, con profundos barrancos que se precipitan en el mar. Este paisaje, esculpido durante siglos por la erosión tras dos millones de años de ausencia de erupciones volcánicas, está pintado de una naturaleza prácticamente intacta donde el hombre ha intervenido casi únicamente para crear terrazas de cultico en las inclunadas laderas, ofreciendo un paisaje de gran belleza.

Un paisaje que ha dado a La Gomera 16 espacios naturales, el 33% de su superficie total. De entre ellos, destaca el Parque Nacional del Garajonay, una joya del patrimonio canario que, gracias a la acción del mar de nubes (lluvia horizontal), tiene una espesa vegetación que permite el crecimiento de fayas, brezos, laureles y helechos, además del bosque de El Cedro, una reliquia del terciario y referente mundial en la conservación de la laurisilva.

Pero, además, La Gomera está repleta de miradores que permiten contemplar y comprender una isla tan peculiar como fascinante. Divididos en tres categorías en función de las dotaciones y las posibilidades que ofrecen a los visitantes, están distribuidos por los distintos municipios de la geografía insular. Y, entre ellos, los senderos, también llamados caminos de herradura y caminos reales, las redes de comunicación que durante siglos fueron las únicas vías de contacto entre los municipios de una difícil horografía, y que ahora se han convertido en el mayor atractivo de la isla para los visitantes.

Precisamente por culpa de estas difíciles comunicaciones, nacio el Silbo, un lenguaje silbado que se utiliza desde tiempo immemorial para comunicarse a grandes distancias y que fue considerado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2009. No se trata sólo de una serie de códigos establecidos, sino de un lenguaje en sí mismo, que permite intercambiar una ilimitada cantidad de mensajes.

La Gomera no es sólo una isla del archipiélago canario, son bosques milenarios, es el mar embravecido y calmado, son barrancos misteriosos, es historia de la humanidad, es el agua de los riachuelos, es la arena negra de sus playas y sus aguas cristalinas, es gastronomía tranquila y sencilla, es refugio de ballenas y delfines, es el pasar del tiempo casi detenido.

No te pierdas las tapas de La Vieja Escuela, un restaurante pequeño, con encanto, en el pueblo de Agulo, en el municipio del mismo nombre, que se ha convertido en una parada obligatoria en el camino para reponer fuerzas.