Santa Rita de Casia: 291 años de devoción en Hermigua
De esta manera, una vez fabricada, esta capilla y su imagen mantienen vivo el recuerdo de la familia Mora Melián, quien dotó al convento de una de las imágenes más bellas y devocionales de La Gomera
Corría el año 1724. Hermigua se debatía entre un estatus económico de relevancia, dirigido por algunas de las más relevantes familias gomeras, y una suerte de villa secundaria aneja al poder emanado desde la autoridad condal en San Sebastián. En este juego de poderes, algunas familias se discutían el honor de convertirse en las principales del lugar; esto es, ganar el derecho propio al mantenimiento y honor de su linaje y perpetuarlo a través de una obra que fijara, para siempre, su apellido allende los tiempos.
Una de estas familias fue la los Mora Melián y, especialmente, su cabeza más visible: Don Enrique. Ligada desde generaciones a este pueblo, durante las primeras décadas del siglo XVIII logró un ascenso social importante primero como mayordomo de fábrica de la iglesia de la Encarnación –amén de alcaldía local-- , y segundo como Alférez Mayor de La Gomera, puesto codiciado y que, desde luego, le supuso entrar en una nada fácil élite insular con la que obtuvo importantes privilegios como tierras en ambos lados del valle de Hermigua, así como plantarse en el convento de San Pedro con una propuesta: construir una capilla en honor a santa Rita de Casia.
Para ello hizo firmar ante notario una capellanía perpetua donde se comprometía a fabricar una capilla colateral del lado siniestro del convento donde colocaría la imagen, nombrando como patrono a su hijo Enrique de Mora, presbítero a su vez de la iglesia matriz de la Isla. ¿Cómo dotarla? Con tierras de morales que eran de su propiedad en Monforte: uno grande en medio y dos pequeños a los lados, los quales están delante de la puerta del molino que el dicho tiene en Monteforte. Dicho y hecho.
Además, el proponente se aseguraba otra prebenda en el convento: esta capilla contaría con una entrada propia pero con la condición que ha de tener tal dicha puerta dos herraduras y llaves distintas, que una ha de guardar del Padre Prior y otra el Patrono quando quisiere entrar.
De esta manera, una vez fabricada, esta capilla y su imagen mantienen vivo el recuerdo de la familia Mora Melián, quien dotó al convento de una de las imágenes más bellas y devocionales de La Gomera: la siempre milagrosa santa Rita de Casia, quien, 291 años después, sigue sorprendiendo a todo aquel que la visita en el exconvento dominico de Hermigua.