Candorosas chiquilladas
De pequeño yo jugaba
con rocines de palmeras.
¡Por todas partes trotaba
y, muy feliz, cabalgaba,
venciendo sendas carreras!
Con un cacho de madera,
un trompo labró mi hermano.
¡La cresta de su tachuela,
brincaba desde la acera,
hasta bailarme en la mano!
En tardes de fantasía,
como un señor merendaba
¡Con leche y gofio tenía
un banquete de utopía,
que el abuelo me ordeñaba!
Once chapas de botellas
me inflamaron los sentidos.
¡Las convertía en centellas
y, fijando a mis estrellas,
ganamos rudos partidos!
Fueron piezas de sardinas
las cananas diligentes.
¡Chinazos por las esquinas,
encresparon a vecinas,
de los barrios disidentes!
Por Agulo se saltaba
con carritos de tabaibas.
¡La cochinilla, pintaba,
y... rojitos nos dejaba,
como pezuñas de cabras!
Sin permiso de FRAGOSO, en sus terrenos, basuras.
¡Un funcionario tramposo, hasta en el fondo de un pozo,
deliraba dictaduras!
Existía un “Latonero”,
fabricando artesanías.
¡Todo distinguido lechero,
ahorraba su justo dinero,
con latas de aceite, vacías!
Con las pipas de duraznos,
fuimos ricos de verdad.
¡Los potentes millonarios
que escalaron mil peldaños,
sin saber de la maldad!
A la “piola”, se brincaba,
sobre chicos a montones.
¡Lo mucho que se sudaba,
de inmediato se secaba,
resistiendo los chichones!
Con las barbas de las piñas,
los pitillos se formaban,
y, a pesar, de fuertes riñas,
las cañas eran cachimbas,
que matalahúga, quemaban.
¡Sosegadas travesuras,
que en la vida se han borrado!
¡Inocentes aventuras,
que una vez fueron venturas
y en el alma se han quedado!
¡ES UN CASO SINGULAR
QUE, HOY, LOS CRÍOS EN LACTANCIA,
CON TODO PUEDAN JUGAR
SIN QUE TENGAN QUE IMITAR
A LOS NIÑOS DE MI INFANCIA!