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viernes, 22 de noviembre de 2024 10:52h.
Opiniones

Carta abierta a “TANAJ”

Razonadísimo asiduo y buen lector de nuestro progresivo  y  creciente Digital, ”GOMERA ACTUALIDAD”: Me dirijo a usted, parta agradecerle sinceramente la acertada opinión que sobre el

Razonadísimo asiduo y buen lector de nuestro progresivo  y  creciente Digital, ”GOMERA ACTUALIDAD”:

Me dirijo a usted, parta agradecerle sinceramente la acertada opinión que sobre el chispeante monólogo de “LOS MEDICAMENTOS”, ha tenido a bien de insertarnos en esta mañana.

Completamente de acuerdo con su ocurrente dictamen de que, en la actualidad, lo que más necesitamos son unas buenas dosis de alegre buen humor, excluyendo de una vez por todas, esas horrendas basuras, que a diario, inevitablemente, estamos como obligados a ver, oír y escuchar, tanto en alguna determinada oscura  Prensa, avezada Radio o libertina Televisión, en la que solamente predomina la escandalosa materia rosa, delicada materia que, la mayoría de las veces, suele convertirse rematadamente enla más negra charlatanería, impulsando consigo el insano torrente de una inexorable y despiadada crítica.

La enorme cantidad de diversos asuntos políticos, la pertinente crisis, la indecorosa pornografía, borrascosas contingencias,socarronas entrevistas y familiares trapicheos sin fin, producen ese inevitable fenómeno de que, estos  incontables culebrones, puedan circular sin corta pisas, saliendo a relucir con más tranquilidad que la agraciada capital de Bolivia.

Pero, no es precisamente este, el inexcusable motivo que me ha impulsado a desarrollarle el presente argumento.

Resulta que, por un inocente error de electrónico correo, a mi nombre, se ha publicado lo que a usted, tanto y tanto le ha gustado, pero, tengo que confesarle, que dicho argumento, no ha sido un literario trabajo de mi propia originalidad.

El susodicho “MONÓLOGO, LOS MEDICAMENTOS”, es espontánea tarea de algún ocurrente escritor, del que, por adversidad, desconozco por completo hasta su propio nombre, algo que muchísimo agradecería, por si alguno de ustedes lo saben, comunicármelo,  para transmitirle nuestras más sentidas disculpas.

¡Malo, muy malo es el ambicionar siquiera vestirse con ropa ajena y mucho más, abordando un plagio que hasta es rigurosamente perseguido y castigado, con la mayor razón, por las propias leyes!

Una vez despejado tan delicado asunto, me uno, vigorosamente, a usted, amigo “TANAJ”, para adherirme con el mayos gusto y sentido placer, a su loable idea de que cultivemos mucho  más nuestros escritos, empleando exuberante alegría, sencilla familiaridad y... ¡cuantas risas a granel nos sea posible!

En compensación, aquí le brindo lo último que me han contado, sobre la más reciente versión de la tan relatada leyenda, sobrela dulce, sentimental e infantil, “CAPERUCITA ROJA”:

Iba por el oscuro y tenebrosos bosque la obediente niña, a llevarle en la balanceada cestita, la surtida comida a su querida abuelita.

De pronto, detrás de un árbol, le sale el lobo feroz, dispuesto a engullírsela.

Aunque, muy asustada, Caperucita... reacciona de una forma y manera bastante peculiar, desnudándose por completo y diciéndole a la  sanguinaria alimaña:

-.- QUERIDO  CARNICERO: ¡AQUÍ ME TIENES! HAZME TUYA!

El desconcertado animal, abriendo los ojos como platos, exclama:

-.- ¡YA COÑO, CÓMO HAN CAMBIADO EL CUENTO!

Espero, que con este sencillo y voluntario esclarecimiento, queden las cosas en su debido sitio y que, por lo menos, al final,  hayamos tenido el acierto de haberle  proporcionado esa sonrisa que parta todos nuestros lectores, usted, tanto y tanto apetece.

Queda a sus gratas órdenes:

EL RINCÓN DE: Rafael Zamora Méndez.-