Cuando no se escucha a la razón
Néstor López.-Puedo asegurar que tras llevar muchos años en la administración y aguantar todo tipo de despropósitos por parte de “compañeros” y otras administraciones (yo no soy un santo), creo que se está confundiendo la realidad con un sálvese quien pueda.
Tengo que sufrir un día sí y el otro también los distintos artículos, tanto en prensa como en otros medios, que hablan o especulan con lo que va a ocurrir con los ayuntamientos mal llamados pequeños, así como las muestras de condolencias, pienso que infundadas, a algunos que pretenden enterrarnos sin caja. Vamos, que hacen entierro sin tener muerto (mis disculpas por si hiero a alguien).
Cuando el Gobierno de la Nación se plantea hacer una reforma de las administraciones redacta un anteproyecto que se ha discutido hasta hacernos sangre en el pensamiento. Pendientes de que se dicte alguna resolución, estamos viviendo una pesadumbre a veces infundada, pues debe prevalecer la cordura y ampliar las miras de aquellas que van a decidir lo que no estará en nuestra manos.
Se debe tener claro que los ayuntamientos “pequeños” siempre hemos defendido una competencia-una ficha financiera, pero, además, la de los servicios impropios, porque nadie los da y nuestros vecinos son lo primero. Eso lo sufrimos sobremanera en los municipios rurales.
Pero desde luego, antes de aclarar se debe no solo analizar y comprobar si las administraciones a los que se pretenden asimilar determinados servicios han dado la talla en el cumplimiento de los suyos.
Por ello, una recomendación al Estado: si alguien ha cumplido con sus obligaciones y las de otros, han sido los ayuntamientos en la medida de sus posibilidades. Pensar en que otras administraciones como cabildos, diputaciones, etcétera, puede asumir estas competencias, es una utopía y a los hechos les remito.
Tenemos que hacer algo para mejorar, pero no eliminemos donde mejor se funciona, en estos ayuntamientos. Lo que sobra es trabajo y fundamentos que nos dan la razón.
Néstor López Alcalde de Agulo