En mi Refugio...

Conociendo a ciencia cierta la penetrante simpatía que el culto Pueblo Gomero,  siente por la llamada “POESÍA”, con su viviente vate, PEDRO CABRERA, a quien, en el Día de las Letras Canarias, se le va a tributar un muy rendido Homenaje, me permitiré el temerario arrojo de ofrecerles mi más profundo embeleso, dedicándoles a todos ellos esta

Conociendo a ciencia cierta la penetrante simpatía que el culto Pueblo Gomero,  siente por la llamada “POESÍA”, con su viviente vate, PEDRO CABRERA, a quien, en el Día de las Letras Canarias, se le va a tributar un muy rendido Homenaje, me permitiré el temerario arrojo de ofrecerles mi más profundo embeleso, dedicándoles a todos ellos esta personal inspiración, como sencillo tributo de efusiva y exaltada admiración:  

EN MI REFUGIO 

Es la Personalidad, un DON que pocos tienen. ¡Un carácter, de verdad,

es algo sensacional que el hombre debe buscar, como el mejor de los bienes!

Conjunto de cualidades para mente engalanada. ¡Son las reglas especiales,

de aptitudes naturales, en donde, las falsedades, no aparecen para nada!

A los poetas nativos, de Isla tan hechicera,

que, jamás fueron altivos, unos...muertos y, otros, vivos, mi reverencia sincera:

Hay un asilo en mi pecho, que las dudas no combaten,

ni los placeres alegran, ni entristecen los pesares.

Oscuro como una tumba, invisible, inexpugnable.

¡Ni de él penetran las risas, ni de él, se escapan los ayes!

Y, Dios y yo, solamente, tenemos de ese sepulcro la llave.

¡Sepulcro que es Paraíso, con apariencia de cárcel!

Y, Dios y yo, solamente, en señalados instantes, vemos lo que allí se oculta,

o, mejor, lo que allí yace! ¡Una mujer no besada, una escondida frase,

la memoria de algún sueño, el suspiro de algún ángel

! Todo lo que el alma crea y, en el alma, se deshace, tiene allí rumor y vida,

sombra, cuerpo, espacio y aire.

Y... navega en un océano, sin inconvenientes ni oleajes,

con la Inspiración por puerto y, GOMERA ACTUALIDAD, por nave.

Cuando la tormenta arrecia, y el horizonte se encumbra;

cuando los mares se encrespan y el loco rayo retumba; cuando lejos de la tierra,

mi triste nostalgia gomera, brota de su catacumba floreciendo para verla;

cuando el Rencor o la Envidia, por amigo me pretenden, del asilo de mi pecho,

donde no penetra nadie, abro la escondida puerta y, en él, me refugio amante,

como se refugia un niño... ¡en los brazos de su madre!

RAFAEL ZAMORA MÉNDEZ.-