El RD 16/2012 de 20 de Abril de medidas urgentes para garantizar la Sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones, que no es sino la manera encubierta de disminuir  las prestaciones sanitarias y farmacéuticas a prestar por parte del Estado a los ciudadanos, incluyendo el copago y el repago de los medicamentos, va a remover mucho las cosas.

El posicionamiento político de los farmacéuticos se ha transformado radicalmente,  especialmente en los últimos tiempos a medida que se les aplica sin piedad alguna el paquetazo neoliberal.

Los tiempos para la Farmacia y los Farmacéuticos han cambiado. En tiempos de la II Republica la Farmacia se regía por la Unión Farmacéutica Nacional, una organización fuertemente corporativa, de algún modo heredera del espíritu gremial de épocas pretéritas,  y en la dictadura franquista, los cargos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos pertenecientes a la Falange, eran condecorados con las Medallas al Mérito Farmacéutico. Todos hemos  conocido historias en la profesión de  familias falangistas y viudas que fueron premiadas con Licencias de Farmacia después de que se limitase la libre apertura de Boticas con el Decreto de 24 de enero de 1941.

Ahora que la profesión farmacéutica encara este año el proceso de elección del nuevo Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos sirva de ejemplo histórico de inmovilismo el de Ernesto Marco Cañizares, persona fiel a los Principios del Movimiento del 18 de Julio, que se perpetuó en el cargo de presidente del Consejo, y posteriormente pasó el testigo a sus delfines: Pedro Capilla y Carmen Peña. 

Pedro Capilla siguió la línea de su antecesor y se mantuvo  37 años en su sillón de la Presidencia del Consejo, después de ser Secretario General con Marco Cañizares. Ahora es el turno de Carmen Peña, que lleva en dicho Consejo 24 años, primero de Vocal, luego de Secretaria General y finalmente de Presidenta.

Incluso el Sr. Marco Cañizares, que también era Procurador en Cortes por designio de Franco en representación de los Colegios, Corporaciones y Asociaciones,  se permitió firmar el “Escrito de los 126”, documento firmado por la facción más reaccionaria del Régimen que no admitía la apertura a la Democracia, siendo uno de los tres Procuradores franquistas que tuvieron la osadía de votar en contra de la Ley de Reforma Política que trajo a este país la Democracia. Es por ello, el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona en 1978 mostró su indignación y emitió un comunicado: “Los farmacéuticos de Barcelona no nos sentimos representados por el Sr. Marcos Cañizares”.

En los últimos años, a partir de la libertad de expresión y de opinión que aportó internet, las redes sociales se inundan con mensajes progresistas por parte de las nuevas generaciones de farmacéuticos, especialmente con las quejas de los farmacéuticos sin Oficina de Farmacia y de los rurales.

La respuesta política propiciada por la falta de representatividad, las medidas neoliberales y la globalización no son exclusivas de los farmacéuticos españoles, en todos los países periféricos, las políticas de austeridad han llevado a los farmacéuticos a la calle con huelgas y movilizaciones.

El último y dramático exponente fue el farmacéutico griego, Dimitris Christoulas, tras varios días en las barricadas quejándose por las políticas que arruinaron su farmacia, la cual tuvo que vender para pagarse una pensión privada, decidió suicidarse, convirtiéndose en todo un icono de los costos sociales por la austeridad impuesta por los prestamistas internacionales. Descanse en paz.