Panfletos Digitales
POR OLIVER GONZÁLEZ HERNÁNDEZ.- A los que ya llevamos algunos años en esto de la prensa, nos resulta bastante más fácil determinar qué personas se ocultan tras estos panfletos. Sólo hay que analizar detenidamente los textos, que en muchos casos nos hacen un perfecto retrato del autor.
En los últimos meses han proliferado en la isla de La Gomera distintos medios de comunicación digitales, páginas que carecen de identificación, donde no aparece una sede física, un titular, teléfono o dirección.
Evidentemente todo esto tiene un objetivo: Se trata de personas que se amparan en el anonimato para en muchos casos calumniar, insultar y ejercer todo tipo de improperios gratuitos y falsedades sobre políticos, cargos públicos, profesionales de cualquier sector y ciudadanos en general, persiguiendo en la mayoría de los casos el interés particular de los personas y allegados que se esconden detrás de estos panfletos digitales.
En este sentido me gustaría puntualizar varias cosas que el lector debe saber: Primeramente, un medio de comunicación digital tiene obligación de registrarse mediante la inserción de datos reales en internet (véase la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información). Por tanto, es una contravención no hacerlo. En segundo lugar, las webs pueden ser localizadas a través de las unidades de delitos informáticos de las cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado (véase GDT de la Guardia Civil). Tercero, estas unidades actúan ante la denuncia de la persona que ha sido objeto de injurias o calumnias, a excepción de algunos casos puntuales en que actúan de oficio.
A los que ya llevamos algunos años en esto de la prensa, nos resulta bastante más fácil determinar qué personas se ocultan tras estos panfletos. Sólo hay que analizar detenidamente los textos, que en muchos casos nos hacen un perfecto retrato del autor.
Nos encontramos ante una perversión más de nuestro sistema democrático, una actividad, en algunos casos delictiva, que no sólo perjudica a los medios de comunicación serios, sino que además afecta a la sociedad en general, atentando directamente contra el honor y dignidad de las personas, produciendo en muchos casos daños irreparables.
Las personas que desgraciadamente son víctimas de este tipo de atropellos deben emprender acciones legales o como mínimo denunciar. Esto evitara que proliferen este tipo de medios y que las personas que se esconden detrás gocen de la impunidad del anonimato.