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viernes, 15 de noviembre de 2024 12:37h.

Gibraltar; La vida sigue igual

BLOQUES DE HORMIGON GIBRALTAR-ESPAÑA

Acaba de llegar un barco a Gibraltar procedente de Portugal cargado de bloques de hormigón para seguir dragando el fondo marino español a fin de continuar la construcción del complejo de lujo inglés. 

Hace pocos días, Picardo insultaba a España en la sede de las Naciones Unidas, el mismo Organismo que ordenó la devolución del Peñón a España. Tras haber ganado los ingleses, una vez más, el último conflicto con Gibraltar, les hemos dado oxígeno suficiente para que sigan creciéndose

¡Qué lejos quedaron aquellas palabras de Margallo “Gibraltar español”, “Se acabó el recreo de Gibraltar”, y su amago de cobrar 50 euros por cruzar la verja!  

Ahora sí que se ha acabado el recreo y volvemos a la clase donde seguiremos recibiendo las mismas lecciones que nos vienen dando desde hace 300 años. Nuestros gobernantes nunca tuvieron, ni tienen, la mínima fuerza para definir, al menos, una de las dos únicas alternativas, o postura digna que existe: o iniciar los trámites para la ejecución de la sentencia de las Naciones Unidas de 1.946 que ordenó la devolución de Gibraltar, o rechazar nuestro derecho, y aceptar su pertenencia, aunque ilegal e injusta, a Inglaterra.

A partir de una decisión definida, se podría andar un camino firme sabiendo ya dónde estamos. La ambigüedad nos lleva a la queja continua y al pataleo, o sea, al ridículo y desprestigio internacional. Para que emerja la fuerza bruta y descomunal de nuestros gobernantes, sólo hay que tocarles lo que les afecta: unos sueldos y privilegios asignados por ellos, pero pagados por quienes esperábamos otra dignidad en su conducta.