Google ofrece también la alternativa de más información previo pago de 2 a 8 euros, aunque no he entrado, ya que, en realidad, no puede haber información sobre mí, pasada o presente, que valga tanto.
Hace unos días me comentó Merceditas, una gran amiga de la familia en la Península, un hecho que me causó una gran sorpresa: había introducido mi nombre en Google y apareció una información sobre mi vida laboral absolutamente incierta, y que no ha podido ser facilitada por organismo alguno, sino, sencillamente, inventada, o producto de algún error. Me he dirigido a Google, pero no me han contestado.
Se dice que ocupo 10 cargos ejecutivos en otras empresas (¡Qué más hubiera querido yo!) cuando lo cierto es que, estando en activo (que ya no lo estoy) jamás ocupé más de tres cargos ejecutivos al mismo tiempo: consejero delegado de una empresa de explotación turística, de una agencia de viajes, y de una compañía de carga aérea.
Se dice, incluso, que estoy relacionado con Promociones Inmobiliarias; dicho así suena a algo grande, de gran envergadura, pero la realidad fue que, con anterioridad, hará unos 15 años, una señora de esta localidad decidió abrir, en un local de su propiedad, una inmobiliaria para, exclusivamente, llevar a cabo, como mediadores, la compra-venta de casas o solares propiedad de terceros, y me uní a ella en un proyecto que fue mal desde el principio, al extremo de que en el año y pico que tuvo de vida, no se logró siquiera la compra-venta de un sólo inmueble, debido quizá a la fuerte, y más profesional, competencia existente, y también, sin duda, al concepto de “lealtad profesional” que tenía la única empleada que trabajó con nosotros que le permitía, al mismo tiempo, “colaborar” con otras inmobiliarias.
Al final, no hubo más remedio que echar el cierre. Ni mi socia ni yo, nos dedicamos jamás a estas operaciones. Total que mi paso por las “Promociones Inmobiliarias” no pudo ser más nefasto, ni de peor recuerdo. Google ofrece también la alternativa de más información previo pago de 2 a 8 euros, aunque no he entrado, ya que, en realidad, no puede haber información sobre mí, pasada o presente, que valga tanto. Aunque uno se siente impotente ante estas situaciones que, seguro, sólo ocurren en este País, donde la seriedad brilla por su ausencia.
Hay algo muy curioso: aparecen también, en espacios separados y sin relación con lo mencionado, las notas de opinión que suelo enviar a ese Diario Digital, Gomera Actualidad. Mi escaso (perdón, nulo) conocimiento informático, o de “redes”, etcétera, me impide saber cómo he llegado a esos mundos desconocidos, que, para mi, rozan el cuarto milenio. Un día os llamo, y me lo contáis; por simple curiosidad, y conocimiento, pues todo lo que no falta a la verdad hay que aprenderlo y respetarlo.
Eso sí, a los de Google, cuando los coja, les voy a pedir responsabilidades. Como decía el torero, “hay gente pá too”.-