Patética pantomima Podemíta

En paralelo, toda la movida de asambleas inicial de los “Círculos” (inventados hace muchos años), comienza a perder fuerza y credibilidad desde el instante en que para la cúpula dejan de interesar para su proyecto personal...

La creación y posterior crecimiento de Podemos, puro diseño de laboratorio, obedece a un amplio colectivo de frustrados que, unido y dirigido por otro grupo menor de resentidos cargados de prejuicios y vinculados a la extrema izquierda, aprovecharon la crítica situación propiciada por la crisis para constituir un nuevo partido político, cosechar votos y luchar contra la mal llamada “casta”  tratando de conquistar el poder, o acercarse al mismo, con el apoyo descarado de ciertos medios de comunicación.


Trascurridos dos años desde la implantación de la nueva formación política, como era previsible, comenzaron a surgir las desavenencias internas entre sus líderes, que suelen ser castigadas con el inapropiado calificativo de “ceses”, cuando lisa y llanamente son puras y duras “destituciones”. Tales problemas aparecen en el momento en que se vislumbra el reparto de poder, que torticeramente los dirigentes con objeto de reforzar su hegemonía dentro del partido, otorgan a sus más próximos, utilizando el viejo pero eficaz método de “la compra de voluntades”.


En paralelo, toda la movida de asambleas inicial de los “Círculos” (inventados hace muchos años), comienza a perder fuerza y credibilidad desde el instante en que para la cúpula dejan de interesar para su proyecto personal, con el consiguiente descontento de la militancia que detesta verse marginada y manipulada, todo lo contrario de lo prometido en su nacimiento en que nadie cuestionaba la honradez de sus líderes y todo se movía al  ritmo de una idealizada hermandad y a golpe de consignas que les aproximaría a ese mundo feliz y utópico de la igualdad.


Con el paso del tiempo, afiliación, electorado y simpatizantes, comienzan a comprobar y desconfiar que toda la pantomima inicial ya no les proporciona beneficio alguno, salvo a los encargados de mantener vivo el cotarro a nivel provincial y que son recompensados con carguitos de confianza y promesas de un cercano y prometedor futuro en la política. No obstante, aun son muchos los que continúan creyendo ciegamente en el mesiánico Pablo Iglesias y su frondosidad capilar, que vive con un humilde sueldo bruto de tres salarios mínimos, donando el resto a personas o causas  que todos desconocemos, con lo cual solo consigue el fomentar la duda….


Como previsible y tras el enojo de la militancia por el tratamiento recibido, en el grupo de cuadros también comienzan a airearse sus discrepancias, que en ocasiones ya se atreven a censurar el sistema en base a las desafortunadas decisiones que se están tomando, muchas de ellas injustas según su criterio, al comprobar como se diluye aquel espíritu y concordia del 15-M, para derivar en un proyecto personalista que no guarda relación alguna con aquel movimiento izquierdista, nacido del pueblo y llamado a solucionar los males de todos los menesterosos españoles. Mueve a la hilaridad, pero esto es lo que hay.


Según los estudiosos del tema y para enrarecer un poco más el ambiente, aunque los podemitas culpen a la oposición de lo que les está sucediendo, lo cierto es que sus tragedias están subiendo de tono hasta alcanzar a los máximos responsables. Según todos los medios, ahora resulta que los enfrentamientos entre Iglesias y Errejón, ya han superado la barrera de lo personal, para centrarse en el desacuerdo mostrado por el número dos, sobre  la forma de hacer política de su jefe y amigo Pablo Iglesias. Las dimisiones y nombramientos de las gestoras donde brilla el más descarado nepotismo, están proyectando una imagen que no prestigia precisamente al partido.


Ninguna formación política tiene una noción clara de lo que está sucediendo y menos aún como resolver este terrible enredo, pero en el caso concreto de Podemos, a la corriente de los “Anticapitalistas” les están beneficiando los enfrentamientos internos, mostrándose además muy reacios en lo tocante a pactar con los socialistas, lo que descoloca a Pablo Iglesias por su irreprimible deseo de formar parte del próximo Gobierno y con categoría de vicepresidente, tan descarado o más que en el caso de Pedro Sánchez (PSOE) que se está jugando incluso el dejar en la cuneta el protocolario y pomposo pacto firmado con Alberto Rivera (Ciudadanos) o bien que le echen a patadas de su partido, lo que implicaría el abandono de la política para siempre……¡¡Tiempo al tiempo!!


José-Tomás Cruz Varela