ASG, la llave de Canarias
"No estamos al servicio de nadie ni en alianza con nadie que no sea el pueblo de La Gomera y de Canarias. Pero no de éste modelo de región, sino de otra Canarias mucho más justa y solidaria"
Entramos en la última semana de una campaña electoral en la que se va a definir el futuro de Canarias durante los próximos cuatro años. Hemos escuchado hablar de planes contra la pobreza, de la mejora de la sanidad, de la creación de empleo y de otras muchas asignaturas pendientes de estas islas. Pero no hemos escuchado hablar una sola palabra de las desigualdades territoriales.
No se ha escuchado a nadie reflexionar sobre este Archipiélago que hemos construido en donde hay tres islas que se han visto descolgadas de los indicadores económicos y sociales que disfrutan las otras. Cuando se diseñó la Autonomía, todo el poder, todos los recursos, todo el peso del sector público, se volcó en las dos grandes áreas metropolitanas. Cien mil empleados públicos desequilibran la balanza en favor de las dos grandes islas capitalinas, donde se acumula el ochenta por ciento de la población regional. No se han dado cuenta que el desequilibrio en la distribución de la riqueza produce también un desequilibrio poblacional. Y no sólo quieren perpetuarlo, sino que quieren seguir por el mismo camino.
Desde hace unos años, en esta tierra se está escuchando la voz de los que no tenían. Agrupación Socialista Gomera levantó la bandera de la justicia social y de la igualdad que ponga fin a los desequilibrios que venimos padeciendo sin remedio. Los que protestan por el mal funcionamiento de la sanidad ignoran que los servicios que se disfrutan en Gran Canaria y Tenerife, con sus grandes hospitales de referencia, están a años luz de los que se padecen en las Islas no capitalinas. Los que hablan de creación de empleo y de desarrollo económico parecen ignorar que durante décadas, las principales inversiones e infraestructuras se han volcado selectivamente en las islas más ricas, ignorando olímpicamente a las más necesitadas.
Nosotros llegamos a la política diciendo que ese tiempo ya pasó. Que no íbamos a consentir que los que más tienen sigan teniendo más. Y que nos posicionábamos frontalmente en contra del centralismo político que afecta por igual a partidos de izquierdas o de derechas que solo tienen ojos para las dos islas donde tienen sus grandes caladeros de votos.
En estos últimos años hemos logrado empezar a invertir la injusticia. Luchamos por la mejora de las comunicaciones aéreas y marítimas con las Islas no capitalinas de nuestra provincia. Trabajamos para que se aprobara una ley de turismo para las "Islas Verdes", las que no han desarrollado el turismo masivo de las restantes y las que quieren crecer con un modelo mucho más respetuoso con el medio ambiente y la naturaleza. Luchamos para que se aprobara un plan de inversiones regional --el FDCAN-- que se dotara no en función del criterio poblacional --más inversiones para los que más tienen-- sino con criterios de solidaridad y primando a los territorios y zonas geográficas más necesitadas.
No estamos al servicio de nadie ni en alianza con nadie que no sea el pueblo de La Gomera y de Canarias. Pero no de éste modelo de región, sino de otra Canarias mucho más justa y solidaria. Hemos defendido los intereses de nuestra tierra, exigiendo inversiones y apoyando todo aquello que beneficiaba a los más necesitados. Y nos hemos convertido en una verdad incómoda. Nuestro mensaje ha empezado a calar en islas como La Palma y El Hierro, olvidadas y maltratadas durante tanto tiempo.
La única manera de obtener respeto de los poderes políticos de estas islas es conseguir el de los ciudadanos. De esas familias que conocen muy bien los sobrecostos de la doble insularidad porque ven cómo sus hijos se van, porque pagan más caros los combustibles, porque esperan más que nadie para ser atendidos por un especialista médico que llega de pascuas a ramos.
El próximo domingo, los más débiles tenemos que ser los más fuertes. Tenemos la fuerza de la razón, pero nos hace falta la razón de la fuerza política. A finales de esta semana, La Gomera volverá a demostrar que estamos dispuestos a convertir esta tierra en un lugar más justo, donde todos tengamos los mismos derechos y las mismas oportunidades. He dicho que La Gomera va a cambiar las cosas en Canarias. Y de verdad que lo creo. Si tenemos el apoyo de nuestro pueblo, tendremos la fuerza política para transformar las Islas. Porque podemos ser decisivos en ese nuevo Parlamento. Y si somos la llave, abriremos una nueva puerta para una nueva región.