La fuerza de los débiles: en defensa del socialismo en La Gomera

Hace pocos días tuve la ocasión de conversar con un grupo de agricultores y ganaderos del sur de la Isla. Uno de ellos se dirigió a mí y me dijo: “Gracias. Muchas gracias por lo que han hecho por nosotros.

 "Los jóvenes no se dan cuenta porque no saben cómo se vivía antes y cuánto sufrimos. Fueron tiempos duros”. Eran palabras de agradecimiento a los socialistas. A quienes hemos trabajado para cambiar  las cosas en La Gomera.

Y esas palabras me recordaron mi niñez.

...Otro tiempo en el que el hambre y la pobreza eran el pan nuestro de cada día en nuestra isla. Un tiempo de emigración y penurias difícil de olvidar.

La democracia trajo a La Gomera nuevos aires de libertad. Pudimos votar y participar  en los movimientos sociales, en los cambios políticos, en la construcción de un nuevo sistema democrático. Aquí, en la Isla, el progreso llegó de la mano de los socialistas, personas que como usted o como yo imaginamos otra manera de hacer las cosas. Éramos unos soñadores. Creímos y luchamos por una isla diferente, alejada de aquellos tiempos oscuros donde hasta las comunicaciones eran precarias. Y hoy, 30 años después, ese sueño se ha hecho realidad.

Hubo un momento en el que la unidad de actuación de los gomeros puso en el primer puesto de la actualidad a las islas menores, que se irguieron en plano de igualdad a la hora de construir los nuevos poderes de Canarias. Y porque supimos decir “aquí estamos” junto a los herreños, palmeros, majoreros y conejeros; el Estatuto de Autonomía se redactó con equilibrio de fuerzas entre las islas mayores y las menores. Y se formó un Parlamento donde ese equilibrio tenía su reflejo en el número de diputados que se concedía a cada uno de los territorios insulares.

Gracias a ese trabajo, las llamadas “islas menores” han podido hacer sentir su voz y sus necesidades a largo de las últimas décadas. Y gracias a la unidad de los socialistas gomeros y al respaldo que les han dado los ciudadanos, la isla de La Gomera es hoy un ejemplo de desarrollo armónico, de progreso y de bienestar, que ha dejado atrás aquellos años de atraso, de emigración forzada y de pobreza.

Aquel señor vivió tiempos donde el campo, el sudor de su esfuerzo en jornadas que nacían con el sol y morían con él, eran la realidad de la Isla. Hoy, pleno de conocimiento y con la franqueza y sabiduría que le dan sus años, nos agradece algo que hemos construido entre todos. Porque el PSOE no es una persona, ni dos, ni cuatro. El PSOE somos cientos.

Somos personas como usted o como yo que defendemos a los más desfavorecidos; a quienes realmente viven la crudeza de esta crisis que nos han impuesto los grandes poderes económicos; a aquellos que el paro les ha restado voluntad y recursos pero a los que apoyamos desde cualquier ámbito. Porque eso significa ser socialista; estar y apoyar a quienes son los verdaderos artífices de este cambio en La Gomera, sus habitantes.

No debemos sucumbir a las tentaciones de protagonismos personales ni apetencias a destiempo. No debemos permitir que el germen de la división pueda aparecer en el seno de la que es una de las fuerzas políticas más ejemplares de Canarias. Los socialistas gomeros, los hombres y mujeres de este partido, han sido fundamentales a la hora de defender a los más débiles, a los más necesitados, a los que siempre habían sido postergados.

Si nos perdemos a nosotros mismos y a nuestros ideales, estaremos perdiendo a todos los que dependen de nosotros para hacerse oír. Porque somos la voz de los que nunca la tuvieron. Hoy, más que nunca, los socialistas gomeros debemos caber en ese puño que levantamos como un grito en favor de nuestro pueblo. Hoy, más que nunca, nos necesita nuestra gente y nuestra isla. Y en ese camino estaré siempre.