Nos debemos a los gomeros
Este fin de semana, las mujeres y hombres de Agrupación Socialista Gomera hemos celebrado un congreso en el que entre otras cuestiones, hemos hablado acerca del trabajo que estamos haciendo desde las instituciones para lograr una Canarias mejor. Porque es posible hacerla. Y es nuestro deber conseguirla.
El mundo que vivimos hoy es mejor que el de nuestros antepasados. Vivimos más y vivimos mejor. La medicina es capaz de curar enfermedades que antes nos mataban. Hay una sanidad universal y gratuita para todos. Y nuestros hijos pueden ir a universidades públicas con ayudas y subvenciones.
Pero eso, no ha pasado por casualidad. Hay mucha gente que ha trabajado para construir el bienestar que hoy disfrutamos. Personas que dieron lo mejor de sí mismos y pasaron el testigo para que otros continuaran su trabajo.
Este fin de semana, las mujeres y hombres de Agrupación Socialista Gomera hemos celebrado un congreso en el que entre otras cuestiones, hemos hablado acerca del trabajo que estamos haciendo desde las instituciones para lograr una Canarias mejor. Porque es posible hacerla. Y es nuestro deber conseguirla.
Unas Islas donde la justicia social y territorial vayan por fin de la mano. Un Archipiélago verdaderamente equilibrado, donde el centralismo de dos de las siete islas dé paso a una realidad más solidaria.
La primera campaña socialista en Canarias decía “Canarias es posible”. Nosotros, que seguimos siendo socialistas de La Gomera, seguimos creyendo que es posible. Que la podemos hacer entre todos. Que la podemos cambiar entre todos, para que sea una región más justa y más equitativa.
En apenas tres años, Agrupación Socialista Gomera (ASG) ha demostrado que cuando desde las islas no capitalinas se defienden sin complejos y con fuerza, los intereses de los otros canarios, de aquellos que durante generaciones han ido por detrás en servicios, prestaciones y oportunidades, las cosas pueden cambiar. Y han empezado a cambiar.
Nuestra tierra necesita un nuevo impulso. Las Islas, especialmente las cinco no capitalinas, merecen otra forma de ver la política. ASG ha empezado a construir la Canarias que a partir del 2019 debe ser y puede ser. Unas Islas construidas desde las siete y no únicamente desde dos. Un Archipiélago en el que no haya canarios de primera y segunda. Una realidad que avance en una sola y no en dos velocidades.
Los gomeros han confirmado en estos tres años que pueden tener una voz verdaderamente diferente, una voz propia. En el pasado reciente muchas mujeres y hombres con responsabilidades públicas nos hemos desgañitado defendiendo el derecho de los gomeros a contar con unos servicios públicos cada vez mejores. Somos muchos los que en diferentes etapas hemos defendido con uñas y dientes el derecho de nuestra gente a tener idénticas oportunidades que los canarios de las demás islas.
Nos debemos a los gomeros. Ese compromiso ha sido, es y será nuestro principal mandato. Ahora bien, todos los canarios de las islas no capitalinas saben que tienen en ASG un aliado leal e incondicional en el objetivo de conseguir acabar de una vez por todas con la insolidaridad de quienes quisieron construir la región desde el centralismo, desde el pleito insolidario, desde el egoísmo de querer todo el protagonismo, el poder y los recursos.
Otra Canarias es posible. Un Archipiélago que no acabe en Gran Canaria y Tenerife es necesario y ASG va a seguir poniendo todo de su parte para demostrar que esa otra Canarias puede existir.
Tenemos que promover mecanismos que ayuden a mejorar la distribución de la riqueza, tanto social como territorialmente. Algo está fallando cuando la brecha entre los que más tienen y los que tienen menos es cada vez mayor. Algo hay que cambiar para que los buenos datos de nuestra economía tengan reflejo en las economías domésticas y no solo en las cuentas de resultados de algunas empresas o en los bolsillos de unos pocos. Y unos pocos de esos pocos, de fuera de estas islas.
ASG lleva tres años impulsando esa Canarias diferente, mejor y más justa. Hemos demostrado que es posible cambiar el equilibrio de poderes para acabar de una vez con el pleito de dos de las siete islas o para dejar atrás el centralismo político, económico y administrativo que ha lastrado las oportunidades y los servicios que históricamente han padecido los gomeros y las restantes islas no capitalinas.