Si no hay salud, no hay economía
Una evidencia que alcanza aún mayor importancia en la complicada realidad que vivimos en estos tiempos de incertidumbre, marcados por una pandemia global que influye en el devenir de nuestro acontecer diario.
Y lo cierto es que es inequívoco que sin salud no hay economía, pues desde el 14 de marzo, cuando se declaró el estado de alarma, hemos asistido a un declive de nuestro tejido productivo sin parangón alguno. Nuestro motor económico principal, el turismo, se ha enfrentado a los meses más duros de la historia. Las pequeñas y medianas empresas han recibido un gran varapalo y las que aún se sostienen, lo hacen a duras penas gracias a los ERTE, una medida esencial que esperemos que el Gobierno central extienda, por lo menos, hasta Semana Santa.
Esta semana recibimos una buena noticia por parte del Estado al comprometerse con Canarias para que pueda disponer de los fondos necesarios que eviten una merma en los servicios esenciales y garanticen el mantenimiento de la inversión productiva en las islas. Un anuncio positivo pero que ha quedado algo desdibujado por la respuesta que recibió nuestro senador, en la que Montero sostiene que las Islas no recibirán una partida específica para dotar de mayores recursos al Plan Reactiva, más allá de los 4.800 millones de euros que contemplan los presupuestos estatales para Canarias.
En el camino hacia la recuperación económica también precisamos de Europa, para que mantenga la ficha financiera de programas tan necesarios como el POSEI, y de los 140 mil millones de euros que se prevén inyectar a España procedentes del Plan de Reconstrucción Europea. Estos fondos serán esenciales además para dotar de mayores recursos al Plan Reactiva, cuya ficha financiera demanda una mayor inyección de recursos que aseguren la ejecución de las medidas que contempla.
Sin duda, gobernar en tiempos de crisis se hace aún más complicado, por lo que no podemos caer en la crítica fácil. He reiterado desde mi escaño como diputado autonómico y desde La Gomera como presidente del Cabildo, la necesidad de unir y sumar para aunar esfuerzos y lograr que se nos escuche y atienda a nuestras demandas desde la administración central y europea.
Pero estas demandas tienen que estar unidas a la simplificación burocrática, porque caeríamos en un callejón sin salida si estos recursos no se materializan en proyectos generadores de empleo y riqueza. Y en este camino seguimos trabajando con la aprobación del decreto ley de impulso a los sectores económicos de Canarias, tras recibir el respaldo de los cabildos.
Un decreto que espero que se convierta en ley lo antes posible, ya que simplifica y agiliza los trámites burocráticos, dando un empujón a la reactivación de nuestra economía y a la recuperación de sectores que pasan por uno de sus peores momentos de la historia.
Ahora queda reponer la salud y la economía, porque de ambas depende el bienestar de todos los canarios. Es momento de esfuerzos, alcanzar metas y sobre todo, de lograr la tan ansiada recuperación económica, porque de otra forma, seguiremos instalados en este estado de incertidumbre.