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domingo, 02 de febrero de 2025 09:07h.

Turismo: ante la cantidad, mejor la calidad

CASIMIRO CURBELO SAN SEBASTIÁN
El trabajo que tenemos por delante en materia turística no solo reside en poner límites, que es la base del gran reto, sino también en abordar de una forma integral la calidad en los alojamientos y servicios turísticos; la profesionalización del personal y la mejora de las condiciones sociolaborales de los miles de canarios que trabajan en este sector.

La pasada semana, Canarias volvía a FITUR con unos datos muy positivos. Dieciocho millones de turistas llegaron a las islas en 2024, y el gasto turístico se elevó hasta los 24 mil millones de euros, cifras hasta ahora nunca registradas en un sector que es el motor económico de esta tierra. Sin embargo, estos datos positivos encierran un conjunto de retos que debemos abordar desde la planificación y la previsión, para que este territorio limitado vea mermada la presión turística y, al mismo tiempo, continúe aumentando los ingresos que nos aporta.

Este modelo, en el que gana la conservación del territorio y la salvaguarda de nuestro patrimonio, no tiene ningún secreto, más allá de dotar a cada una de las islas de unos servicios turísticos punteros en calidad y excelencia para que quienes nos visitan gasten más. No se trata de continuar una escalada sin precedentes en llegadas de turistas, sino de abordar el reto de recibir menos visitantes pero obtener más ingresos por cada uno de ellos. Se trata, en definitiva, de mejorar el valor añadido del turismo en Canarias.

En estos días, he comprobado que muchos expertos en la materia y responsables políticos de las islas coinciden en este diagnóstico. Ahora toca plasmarlo no solo en la planificación en cuanto a la promoción turística en el exterior, sino también en los documentos de planificación territorial y urbanística que determinan qué Canarias queremos y hasta dónde podemos llegar. Más aún cuando tenemos muy presente el reto demográfico y la definición del futuro de nuestro archipiélago.

El trabajo que tenemos por delante en materia turística no solo reside en poner límites, que es la base del gran reto, sino también en abordar de una forma integral la calidad en los alojamientos y servicios turísticos; la profesionalización del personal y la mejora de las condiciones sociolaborales de los miles de canarios que trabajan en este sector. Esto implica garantizar una formación continua para los profesionales, impulsar la digitalización y sostenibilidad de la oferta turística y fomentar un equilibrio entre la actividad turística y la vida cotidiana de los residentes.

En La Gomera, hace mucho tiempo que hemos asumido este gran reto como línea de trabajo. Primero, con la definición clara de hasta dónde queremos crecer y de qué manera. Y, después, primando la calidad de los alojamientos y los servicios que prestamos. Porque, como decía antes, no queremos crecer más en cuanto al número de turistas, sino incrementar el gasto que dejan en la isla.

Este modelo de turismo de calidad debe apoyarse también en la diversificación de la oferta, promoviendo experiencias que vayan más allá del tradicional sol y playa. La gastronomía, el turismo rural, el etnoturismo o las actividades de bienestar son ejemplos de segmentos que pueden atraer a un visitante dispuesto a gastar más y a contribuir al desarrollo local de una manera más equilibrada y sostenible.

No se trata de renunciar a la principal industria de Canarias, sino de reorientarla de manera inteligente y sostenible. El éxito no debe medirse únicamente en cantidad, sino en la capacidad de generar riqueza sin comprometer nuestro futuro. Canarias tiene la oportunidad de consolidarse como un referente mundial en turismo competitivo, sostenible y de calidad, y depende de nosotros aprovechar esta oportunidad con visión, inteligencia y responsabilidad.