La Lanzadera de La Orilla: una Subvención con intereses

No solo no veremos la Obra. Tendremos que devolver la Subvención y para más inri, pagar los intereses del dinero.

Poco o nada se ha dicho últimamente sobre la situación real del Expediente que afecta a una Subvención concedida al Ayuntamiento de Hermigua, para la construcción de una Lanzadera para la práctica de parapente y un Mirador en zona conocida como la Orilla de La Caleta, otorgada por el Gobierno de Canarias a instancia y solicitud del señalado Consistorio, por la nada desdeñable cantidad de 400 mil euros.

El anuncio de estos recursos, provenientes de las arcas públicas regional, fue anunciada con “pompa y boato”  por el Gobierno de ASG-Nueva Canarias, que en el  2022, gobernaban “alalimón”  el Ayuntamiento norteño y para el que anunciaban toda suerte de progreso, en el que se incrementaría la afluencia de visitantes y turistas en general,  amén de ofrecer un servicio de calidad a los practicantes del paracaidismo en la isla y generar una actividad económica en el municipio, entre otras elucubraciones y previsiones futuristas.

Pero como quiera que en La Gomera, “hacer el lagar antes de plantar la vid”, es asunto cotidiano entre los que Administran nuestros dineros, se acepta dicha Subvención sin tener en cuenta ¿o sí? que los terrenos afectos al Proyecto, no cumplen o no se admiten acciones que estén amparadas por el Plan de Ordenación vigente en la localidad.

Y hete aquí que, existe un plazo para realizar las Obras e invertir lo solicitado, so pena de si no se realiza, habrá que devolver los cuatrocientos mil y de postre, los intereses de demora que los “cuartos” han generado durante este tiempo que han estado en “Stanby” y que se estiman en unos “30 mil del ala”.

Dichas estas consideraciones por mi parte, y sin entrar a valorar los porqués de los retrasos en la modificación de la calificación del suelo, si se acordó previamente la cesión del mismo por parte de su dueño, de sí se realizó un estudio de viabilidad y la consiguiente conclusión de que la Obra reportaría los beneficios que toda inversión debía reportar, lo más que me indigna, es que al final y ante la falta de ¿previsión, capacidad, seriedad y compromiso? por parte de aquellos que administran nuestras “perras”,  tengamos encima que “pagar la fiesta”.

En fin, no nos excedamos mucho en gastos estas Navidades que, a la vuelta de la esquina tendremos que hacer frente a una factura de un producto, que ni encargamos y lo que es peor, ni disfrutaremos.