Ejercicios de imaginación
Vuelvan a imaginarse además que al pueblo llega un tío raro, raro, raro, (como hubiera dicho el inolvidable "Papuchi")
Imagínense que existe un pueblo pequeño, de unos dos mil cuatrocientos cuarenta y nueve habitantes, (2449), o de mil seiscientos cuarenta y cuatro,(1644), o mil cuatrocientos once, (1411), o mil ochenta y seis habitantes, mismamente.
Imagínense también que ese pueblo, es municipio y en consecuencia tiene ayuntamiento, y que ese municipio cuando tenía dos mil cuatrocientos cuarenta y nueve habitantes tenía unos pocos empleados, lo que se entiende por tal, ósea relación laboral por cuenta ajena, a lo mejor solo eran tres: Secretario, Administrativo y policía municipal, los otros Alcalde y concejales no cobraban, pero trabajaban fuera y dentro del ayuntamiento.
Imagínense, asimismo que con mil ochenta y seis habitantes, ¡de derecho, que no de hecho!, tiene unos setenta empleados, ¡sólo para labores de limpieza, recogida de residuos solidos, labores de mantenimiento y obras y servicios públicos!, no hablo de los empleados de los cuerpos de administración general.
Vuelvan a imaginarse además que al pueblo llega un tío raro, raro, raro, (como hubiera dicho el inolvidable "Papuchi"):
Un tío raro, sí, uno que saluda veces sí, veces no, otras cambia de acera o de calle para evitar saludarte, o dependiendo de la persona, y así. Un pobre diablo, vaya, pongamos por caso, un maquinista naval, dicho sea con todos los respetos para esa profesión. Un tío, que se casa con una chica "bien", adinerada y farmacéutica; en Román Paladino, vulgarmente se diría "un braguetazo".
Ahora imagínense que el mismo tío raro, se cansa de navegar y aprueba unas oposiciones de profesores de enseñanzas medias, pero además se da cuenta que no le gusta aguantar a mozalbetes y coger todos los días el coche para ir al instituto, porque, ¡menudo coñazo aguantar a hijos ajenos!. Pero además cuando se es tan mal profesor como Paulino maestro, hay vida mas allá de la pizarra y las aulas.
Imagínense nuevamente que el tío raro se mete en política y va tocando palos:
Primero intenta alquilar una sede para AP o PP, después llama a uno de AP o PP para que vaya a una reunión con los de ATI "para un proyecto interesante para La Gomera" y menciona expresamente a Manuel Hermoso y a Adan Martín...Y al final, ¡Oh sorpresa, sorpresa!, se presenta a la Alcaldía por el PSOE, ósea carta ganadora, y gana, y sale y es alcalde.
Imagínense, una vez mas, que como alcalde se comporta como un déspota; que es de los que o estas con él o estas contra él; que abusando de poder maltrata a los empleados municipales, los humilla, los ridiculiza en público, los acosa, los ningunea, les quita y pone responsabilidades, arbitraria, caprichosamente, a su antojo, sin valorar el trabajo, la dedicación o la valía, los utiliza y los desecha como si de Kleenex se tratase, o sea un supuesto de libro de acoso laboral o "mobbing".
Imagínense también que cierra vías públicas, para que un Restaurante ponga mesas, ocupando la vía pública, favoreciendo al negocio local, lo que no esta mal, pero perjudicando al posible usuario automovilístico de la vía pública, (si se hace sin motivación, sin un acto administrativo reglado, se llama vía de hecho, pero si se hace mediante bando, ordenanza o decreto del alcalde-presidente se parece mucho a un supuesto delito de prevaricación, o de tráfico de influencias o algún otro supuesto).
Imagínense que para favorecer a una rica hacendada, le permite obras en su finca, no se sabe si, con licencia o sin ella, (otro supuesto delito de prevaricación), y que además ocupa de hecho, (vía de hecho), unos terrenos de particulares que además gozan de especial protección urbanística, (paraje natural protegido), y deja que la empresa favorecida por el ayuntamiento para obras públicas, trabaje también para la rica hacendada o su marido y deja que la empresa o el hacendado o ambos viertan escombros en los terrenos particulares y protegidos y arruinen también la vida de especies autóctonas protegidas.
Imagínense a un alcalde "iluminado" y que además hace obras faraónicas en forma de miradores de escaso gusto en lo estético, de escasa rentabilidad dados los sobrecostes y con un importante impacto visual y urbanístico. Imagínense que el iluminado proyecte cárceles, funiculares, teleféricos, en fin,¡que se vea, que se vea!
Imagínense que durante una veintena de años como alcalde, no puede decirse que a su familia le haya ido mal economicamente hablando, ni nadie lo pretende, especialmente porque habiendo vendido su mujer la farmacia, y habiendo obtenida una mas rentable en el Sur de Tenerífe, y bastante boyante, el PSOE, o sea Casimiro Curbelo, la pone de Consejera de Turismo del Cabildo de La Gomera, y ¡hala toda la familia a cobrar del erario público!.
Imaginense también que el pueblo tiene hoteles rurales de titularidad pública, y uno de ellos los mantengo cerrados durante años y vuelvo a gastar dinero público restaurándolos por segunda vez, y lo mantengo cerrado otra vez. Imagínense además que abro un segundo hotel, (¿Para que si ya dejé caer el primero?), y lo amueblo y decoro muy bien, muy lujosamente, eso sí, con empresa "amiga" de la Consejera de Turismo del Cabildo de La Gomera.
Imagínense, por último, que este alcalde tan coherente, tan consecuente, después de una veintena larga de años en la alcaldía, dice que ya está bien y que no vuelve a aspirar a la alcaldía, y con luz y taquígrafos lo anuncia en los medios, para después donde dije digo, digo Diego y no se apea del machito.
Bueno, pues ahora dejen de imaginarse cosas, porque lo que se han estado imaginando, no son imaginaciones mías, ni suyas: son hechos. Y los hechos, y sin perjuicio de que esto sea una columna de opinión, no son opinables, podrán ser realidades o historia, pero no son opiniones y la realidad es que este pueblo imaginado se llama Agulo, y este alcalde tiene nombre y apellidos: Néstor López Pérez.
Y puestos a imaginar y a soñar, a veces sueño con un alcalde honrado, trabajador, que llegue y encargue una auditoria, y de derivarse responsabilidades, que sea él quien en nombre del ayuntamiento demande a los malos gestores, y que no sean los contribuyentes a través de la llamada responsabilidad patrimonial de la administración pública, quienes paguen los platos rotos que otros han estado rompiendo durante decenios, y que sean estos, los malos gestores, quienes respondan con su patrimonio. Me parece lo razonable, pero igual, estoy pidiendo un imposible, ahora por imaginar, soñar y pedir que no quede.
Fm2gomera, el libérrimo hijo del canonigo.