¿El año de la cultura?
Advierto, de entrada, que la pregunta es retórica, ya que parto de una premisa negativa sobre la misma.
2017 se abre ante nuestros ojos como una oportunidad de oro para reafirmar la colombinidad de La Gomera por encima de cualquier otra isla. Se cumplirán 525 años del Descubrimiento del continente americano y parece una ocasión propicia para reclamar nuestro trozo de pastel en la Historia. Sin embargo, mucho me temo que esta efeméride pasará, como tantas otras, sin mayor pena ni gloria. ¿Por qué este desazón? Sencillamente porque carecemos de una verdadera política cultural insular.
Visto desde afuera –la distancia me permite esta observación- resulta inadmisible que la cultura se relegue a diferentes y concretos momentos del año: feria del libro, Día de Canarias y las denominadas como Jornadas Colombinas. Todo lo que se salga de este trío no entra dentro del paquete. Y no se entiende.
¿Cuántos años más vamos a tardar en darnos cuenta de que las políticas culturales han de ser planificadas con una agenda mensual? ¿Por qué insistimos en centrar todo en determinadas fechas al año? Salvando las exposiciones –a las que convendría administrar algún criterio para garantizar su calidad- y aquellas acciones promovidas desde el Gobierno de Canarias, nada se hace de manera organizada y activa. Siempre me he preguntado a qué responden estos criterios propios de otra época. ¿Es acaso la cultura la hermana pobre o no interesa su promoción?
Estamos a las puertas de una fecha oportuna para cambiar las cosas. Para exigir a las Administraciones que demuestren interés por promover el conocimiento y la cultura más allá de las ya referidas fechas. Colón, por su peso histórico en la Isla, merece mucho más que unas jornadas que, lejos de reclamar el papel relevante del Almirante y de La Gomera en la Historia, terminan siendo unos actos donde la política se convierte en el eje y donde aquel profundo sentimiento americanista ha desaparecido.
Esperemos que este año que comienza, regrese la cordura y durante todo el año se realicen acciones que devuelvan la importancia real de esta isla en la epopeya colombina. Nos merecemos algo más. No más pan y no más circo. Seamos conscientes de la oportunidad que tenemos y hagamos algo que de verdad merezca la pena. Y no me refiero al mes de septiembre.
El año se compone de 12 meses. Aún estamos a tiempo de dejar de cometer errores en política cultura. Y, de paso, demos salida a las infraestructuras que tenemos. Tener cerradas las puertas de nuestro patrimonio y abrirlas para hacer cursos de cualquier cosa es no ser conscientes de su importancia. Abramos los ojos por una vez. Que tan difícil no parece.
Pablo Jerez Sabater