Los cabildos no son la solución
Parece ser que se está en una autocomplacencia con las instituciones cabildicias, incluso pasando por alto la designación de los componentes de estas instituciones.
Néstor López.-Cada día está más claro que los cabildos no han dicho la última palabra en la reforma local del Partido Popular. Tan claro como que le van dictando a los populares las maravillas de que son capaces y éstos apuntando que lo tendrán en cuenta, o por lo menos eso parece tras las últimas declaraciones del señor Asier Antona.
En fin, ya lo he adelantado y lo reitero bajo mi exclusiva responsabilidad: aquí nadie nos va a ayudar. No miremos a otros partidos porque la mayoría no se entera de lo que se juega o lo sabe pero están dispuestos a sacrificar muchos ayuntamientos con tal de mantener a los que más deben y en general los que peor lo hacen.
Parece ser que se está en una autocomplacencia con las instituciones cabildicias, incluso pasando por alto la designación de los componentes de estas instituciones. Las diputaciones son de designación entre los propios alcaldes y concejales. Los cabildos, según la Ley electoral canaria, de forma directa. Que se entienda que muchos cargos de los distintos partidos alardean de ello, cosa que se tiene que tener en cuenta como peculiaridad canaria, importante desde luego porque se puede correr el peligro de que algún alcalde pueda opinar, olvidándose de que los que opinan son los ciudadanos. Y entre tantas tropelías que se están haciendo con ellos, ¡una más que importa¡.
No se justifica la cantidad de medidas que se intentan introducir para ocultar una incapacidad total de control del gasto de las grandes ciudades en sus formas, porque ya la apuesta está hecha. Tienen que desaparecer el concepto de rural ideado para tapar sus debilidades haciendo pagar a todos los errores y ofreciendo así los correspondientes sacrificios a la Comunidad Europea. La gran mentira no es otra que matar al inocente, que son los pequeños o medianos ayuntamientos del territorio español.
El presidente de la Federación Española de Municipios (FEMP), el señor De la Serna, va a tener el dudoso honor de contribuir a que los vecinos de estos municipios llenos de necesidades e ilusiones pierdan la única oportunidad de tener muchos servicios que le son negados. Solo desearle que lo tenga en su conciencia, si es que la tiene.
A los vecinos que puedan buscar respuestas en estos momentos económicos difíciles, decirles que lo siento, pues a pesar de la lucha que hemos mantenido puede que no se cumpla el dicho de ‘el chico ganó, el grande perdió’. Aquí perderemos todos.
Me reitero en lo dicho, los cabildos no son la solución, por mucho que quieran convencernos de esta realidad. Antes sería mejor unificar todos los ayuntamientos en cada isla, con lo que no necesitaríamos estas instituciones. Las reglas del juego han cambiado señores, y si tenemos que ahorrar, ¿por qué no suprimirlos? O bien, desaparecer las autonomías, además de adelgazar el Gobierno Central. Seguro que se ahorraría mucho más y el ciudadano estaría mejor atendido. Sólo entonces tendrían la fuerza moral de actuar sobre los municipios, pero me temo que eso no va a ocurrir.
¡Que todos los partidos hagan un programa coherente y claro, preséntenlo a los ciudadanos y convoquen elecciones. !
Néstor López, alcalde de Agulo