Comunidad Autónoma de Gran Canaria (Por Óscar Izquierdo)
Anoche estaba estudiando, (da lo mismo el día en cuestión), ya que es un hábito que no hay que perder nunca, haciéndolo todos los días al final del día, cuando lo permite el tiempo, porque muchas veces no da para más y el cansancio supera a las ganas. El conocimiento y estar al día en los temas de actualidad, son fundamentales para tener una información adecuada, acertada, científica e independiente. De repente, empezando la noche, comienzo a recibir múltiples llamadas de amigos, conocidos y personas que se ve que tienen mi teléfono, muy enfadados, porque están en la cola de la TF-5 en dirección al Norte, que no avanza y empieza a poner a todos nerviosos. Me envían fotos y el tiempo en el que están parados en el mismo sitio. Miro el Whatsapp y ya la indignación es mayúscula, no puedo transcribirlos todos, primero porque son muchísimos, segundo, porque algunos, fuera ya de sus casillas, hacen comentarios, que mejor es dejarlos en la complicidad del que tiene a bien enviarlo, pero desde luego, con toda la razón que les asiste. Esta situación está afectando directamente a la salud de los ciudadanos.
Quisiera contar dos anécdotas de esa noche, que es una de tantas que se producen todos los días. La primera, es la llamada de un matrimonio con niños pequeños en el coche, que iban para su hogar después de un día intenso de trabajo y compras de reyes, como es normal por estas fechas. Cuando estaban denunciando lo que sufrían en ese momento de desespero, al verse inmovilizados en la carretera, se oía a los niños llorar, la madre me decía que estaban así, porque era la hora de la cena y tenían hambre. No habían sido irresponsables, al contrario, se habían preocupado de calcularlo todo, de tal manera que llegarán a su casa a tiempo, incluso adelantando la salida para evitar la cola, ni por esas. La otra es más bien un chascarrillo, un empresario también atrapado, me día decía en su sencillez y cólera, que Tenerife estaba trancada. La mejor definición de cómo estamos.
En el Sur también sucede lo mismo, un taxista me comentaba, que mientras los clientes están en las paradas, en el aeropuerto o en lo hoteles esperándolos, ellos no llegan, porque están en medio de las colas, sin poder hacer nada, tremendamente desesperados, perdiendo económicamente, porque la mayoría de los días no consiguen los ingresos mínimos para mantener el taxi y a su familia y en muchas ocasiones, teniendo que irse para su casa antes de lo previsto, porque al no haber una movilidad rápida y segura, para hacer su trabajo como servicio público y conseguir un mínimo de ganancias, pierden menos retirándose a su casa, frustrados, por no poder trabajar.
Podríamos contar miles de historias o sucesos, no exagero, porque llevamos cuarenta años de retraso en la ejecución de obra pública en carreteras en Tenerife. En las demás islas, no ha sucedido así, al contrario. Se están disfrutando e incluso pidiendo financiación para hacer más. Está claro que no se quiere que Tenerife progrese y tenga un desarrollo sostenible lógico y natural. Se impide cualquier acción a realizar que pueda tener un impacto positivo, todo se retrasa, buscando cualquier argumento, incluso algunos tan peregrinos que son un insulto a la inteligencia. Se trata de conformar, que ya es una realidad, un Archipiélago, con dos provincias desequilibradas, con el poder en una gran capital política, económica y social en Las Palmas, dejando a nuestra provincia como dependiente, subsidiaria y jeringándose. Ya sólo les falta quitar el nombre de Canarias y denominarla Comunidad Autónoma de Gran Canaria.
Oscar Izquierdo
Presidente de FEPECO