Como siempre en fechas preelectorales los políticos nos han prometido mucho. Todos estaban en la calle hablando con la gente pidiéndoles su opinión y ofreciendo transparencia y participación en futuras decisiones. Pero obviamente algo se cambió el día de las elecciones.

El deseo de nuestros políticos por transparencia se ha reducido drásticamente, y se volvió a aplicar la condicionalidad política de siempre. ”Yo practicaría transparencia si esto o si el otro…”

Dos semanas pidiendo confianza a todo el mundo para luego confiar en nadie y debatir las estrategias de pactos y apoyos de investiduras en círculos cerrados. Nadie quiere revelar nada.

Pero en la sombra se mueve mucho. Se filtran rumores y difunden mensajes en las redes sociales para crear confusiones y miedo. Parece que algunos no respeten la libertad de otros partidos para formar pactos que no les gusten a ellos. Libertad para mí pero para el otro no. Transparencia en campaña electoral y ahora ya no tanto.

¿Queremos seguir con estas condicionalidades o queremos democracia real para todos los días y en todos los ámbitos?

El primer paso sería confiar sin condiciones y practicar transparencia sí o sí. Esperando el primer paso del otro, no vamos a avanzar nunca.
Ahora toca a la ciudadanía a exigir a los políticos que cumplan con sus promesas porque ya han empezado mal.

Libre opinión de Ralf Zinke