La Gomera, nuestra tierra madre.(Opinión de Ralf Zinke)
Yo me crie en Alemania, pero soy hijo de mi tierra, no de Ángela Merkel. No soy nadie para dar lecciones a los gomeros, pero quizás puedo aportar mi punto de vista a la reciente historia de la isla.
Me siento más gomero que alemán y creo que todos aquellos que aman esta isla, deberían defenderla juntos.
Siempre recuerdo mi primera estancia en La Gomera hace más de 20 años. Ayudaba a unos mayores a levantar un paredón caído. Apenas hablaba tres palabras de su idioma y no sabía trabajar con piedras naturales. Ellos me enseñaron todo con gestos. Luego me invitaron a comer los productos cultivados en su propia finca.
Esta gente tenía más de 70 años y estaba orgulloso de su trabajo, de sus papas, de sus cabras y de su burro. No tenían nada de lujo, pero su humildad y dignidad me impresionaron tanto que decidí quedarme a vivir aquí. Aquí me enseñaron a cultivar la tierra; a mantener los nacientes, las acequias y los caminos; a cuidar de los animales,… y muchas cosas más.
Ellos estaban orgullosos porque no dependieron a nadie. Pero el orgullo se fue con la dependencia de los gomeros de las administraciones. Ahora todo depende de la Unión Europa, del gobierno central, del gobierno autónomo y de las administraciones insulares.
En los tiempos de las vacas gordas nos hemos olvidado de nuestras raíces, de nuestra tierra. Hemos perdido el enchufe directo a nuestra energía.
No se dice ¿tengo que honrar a mi madre porque no tengo más que una?
¿Y qué pasa con la madre de todos, con la tierra madre que alimenta y alberga a todos nosotros?
¿Qué comemos ahora? ¿Repartimos pescado o enseñamos a pescar? ¿Esperamos a que los cruceros nos saquen de la crisis?
El dinero no se puede comer y la tierra habla un idioma universal.
Conectarse con la tierra, con la naturaleza es la única forma de un enchufe real, fiable y sostenible. Esto no significa vivir en cuevas y caminar descalzo. Se trata de acordarse de la sabiduría de los viejos de antes y combinarla con las tecnologías avanzadas de las energías renovables, de la agricultura ecológica, de reciclar basura y agua y de reforestar los “desiertos” de la isla.
Sobre todos hace falta una nueva democracia, transparencia y participación real de la gente.
Los culpables de la crisis no son los políticos, los bancos y la señora Merkel. Los culpables somos todos los que hemos pensado que estando en la UE seriamos el país de la cucaña.
Ahora nos falta aprender del pasado y dar la cara por La Gomera.
Todos juntos: niños y mayores, mujeres y hombres, empleados y empresarios, gomeros nativos y gomeros por decisión. Juntos sí se puede salir de la crisis, porque tenemos lo más importante en común: Nuestra tierra madre.
Artículo de opinión de Ralf Zinke (Militante de Sí se puede La Gomera)