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lunes, 16 de diciembre de 2024 09:30h.

Madrid: ¿El principio? ( Por José Ana Pérez Labajos)

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Ahora el PP debe aprender de Sánchez, en la actualidad el estratega político más listo del país y no hacer ascos a Vox como descendientes del franquismo sociológico, igual que el presidente no lo hace con los hijos de papá Stalin o con los primos de ETA.

El PP de Madrid ha reaccionado como un Mihura ante el castigo, en grado de tentativa, sufrido en Murcia. 
Siguiendo con el símil taurino, Ayuso, la gran esperanza blanca madrileña, ha puesto en suerte a Casado una situación formidable.

El tema no es menor, la importancia de la capital va mucho más allá de su capacidad representativa, con ser ésta relevante.
Madrid es un símbolo y siempre lo ha sido; cuando la República o con la dictadura. Con los rojos o con los azules. 

La victoria del centroderecha en la vieja Villa manchega, puede augurar el triunfo en las Generales.
Ahora el PP debe aprender de Sánchez, en la actualidad el estratega político más listo del país y no hacer ascos a Vox como descendientes del franquismo sociológico, igual que el presidente no lo hace con los hijos de papá Stalin o con los primos de ETA.

El centroderecha debe abandonar enternecedoras ideas imitadoras de la socialdemocracia y apostar por lo que le interesa a España en esta situación tan delicada, que requiere de buenos gestores económicos con altura de miras, trabajo en el que es especialista.

El momento histórico requiere de una razonable administración del Estado, contraria a la propaganda y al relato histórico de la izquierda ideológica.
Posiblemente, Ayuso ha cogido al PSOE con el pie cambiado y sin candidato efectivo, pues el bueno de Gabilondo no parece haber ganado peso político, en la oposición en la Asamblea de Madrid.

Por otro lado, asombra que se intente engañar al personal con la definición académica del término “tránsfuga” atribuyéndolo de forma interesada a los Consejeros, cuando el inicial y principal transgresor es el partido político Ciudadanos, como tal partido.

La realidad no está en la literalidad de las definiciones en derecho, sino en la auténtica naturaleza de los hechos y lo cierto es que todo parte de una traición de dicho partido. Dicho todo lo cual sin adscripción política de ningún tipo.

Aunque el engaño o estafa política no haya llegado a consumarse, los efectos punitivos son los mismos, en este caso, como mínimo, la responsabilidad moral que puede derivar en la muerte política, con un trasvase masivo de votos.

En definitiva, si el PP sabe jugar la carta de la eficacia y los principios, contra la propaganda y la interpretación fraudulenta de la historia, el centroderecha podrá ganar Madrid, y de Madrid al cielo, en este caso pasando por la Moncloa.
José Ana Pérez Labajos.