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martes, 17 de diciembre de 2024 00:00h.

A mi maestro con cariño. (Al emérito Rafael Zamora Méndez)

En el devenir  de la existencia, siempre hay un distingo que prevalece en la vida cotidiana, en un sin número  de consideraciones, en lo que en un momento dado se nota la diferencia,  y la pregunta obligada, el por qué de este distingo, y volca uno los pensamientos, en lo que realmente marcó esa diferencia.

Corría los años 60 (del siglo pasado), en Judibana, estado  Falcón (Venezuela), una pequeña comunidad habitada en su gran mayoría por trabajadores petroleros, entre la variedad de nacionalidades, estaban los venezolanos (la gran mayoría), norteamericanos ya que eran los que manejaban la industria petrolera en aquel entonces, y un pequeño porcentaje de europeos (españoles, italianos, portugueses…). 

Judibana en aquellos años su tranquilidad era constante,  y bautizada con el nombre de ciudad jardín... entre lo bucólico de esta ciudad jardín, estaba lo estridente, la alegría, las aulas de clases, el estadio contiguo al instituto educativo judibana, en otrora bajo la modalidad de comodato a la congregación salesiana, allí donde la educación, disciplina, religiosidad, hizo que este instituto se distinguiera en el ámbito educacional de la región falconiana…. tanto para el cuerpo directivo,  sacerdotes y religiosas, profesores y profesoras, alumnos y alumnas, personal administrativo, personal de ayuda a  las labores de mantenimiento, podríamos decir que era una gran familia salesiana…

Es propicia la ocasión y sentir agrado en  referirme a una persona, que en el plano educativo y a lo largo de mi existencia ha marcado  en gran forma mi formación como ser humano,  agregando mis actividades profesionales,  que a lo largo de este ínterin ha sido soporte  y guía de lo aprendido por este distinguido ciudadano…. 

Me refiero al profesor Rafael Zamora Méndez, un nativo de las islas canarias, específicamente la isla del hierro (España), y como decimos aquí en Venezuela la madre patria. este distinguido educador  llegó a Venezuela a finales  de los años 50, en compañía de su eterna compañera, la inefable señorita Zamora (para más señas educadora como el profe),  tentado de una oferta que le hicieron la congregación de los padres salesianos, para darle vida, sabor,  y lustre al instituto educativo Judibana, y aprovechar su experiencia que ya había logrado con creces en su lar nativo… me imagino al profesor Zamora cuando aceptó esa proposición, dándole vueltas a su imaginación, en el reto a alcanzar, como la convivencia en otro país, adaptarse a sus costumbres,  a sus comidas, a la gente nativa, a sus nuevos compañeros de trabajo,  y sobre todo su labor a ejercer como educador en el Instituto Educativo Judibana

Como todo personaje que va dejando recuerdos,  el profe  Zamora era muy famoso en el instituto, me refiero a los que se  comentaba, entre maestros, representantes, y nosotros mismos como alumnos…. lo que recuerdo de esos benditos comentarios, salían a la luz pública su carácter recio, su voz fuerte y grave como un vozarrón, la disciplina que impartía tanto en los salones de clase, como en los pasillos de la institución, en fin….todo un personaje… 

Quizo la providencia divina y afortunado, que cuando iba a cursar el cuarto grado de instrucción primaria, agradable sorpresa que me tocara como mi maestro del grado mencionado, y posteriormente la dicha me acompañó cuando tuve el privilegio de tenerlo como maestro de sexto grado.

Como dije al principio con él se conjugaba la excelencia en lo educativo,  era un erudito y todavía lo es, siempre le recuerdo  cuando tengo oportunidad de llamarlo en privado, le digo: Rafael te recuerdas cuando nos tocaba clase de matemática específicamente tus problemas de compra y venta, como y de que manera sufríamos por esos razonamientos, a pesar de los escasos 11 años que era el promedio de edad de los alumnos para cursar el grado…. y su gran virtud en enseñar lo referente a la acentuación de las palabras (agudas, graves, y esdrújula) en la materia de castellano, y de que manera le agradezco al profe Zamora esas reglas de acentuación… quién no recuerda su preparación de las obras teatrales, la elaboración del guión, los parlamentos, la escogencia de los “actores”, que engalanaban cualquier actividad en el teatrino del instituto

Trascendía la presentación de las obras teatrales  con visitas a emisoras de radio de la localidad, como es el caso de “ondas del caribe”, específicamente en la ciudad de punto fijo, ciudad contigua a judibana. y su gran humor en lo que a cuentos se refiere, siempre aprovechaba dos o tres veces a la semana, y como lo esperábamos cuando anunciaba guarden sus útiles escolares, que viene la hora de “juanillo cabeza de vaca”, su cuento estelar, que por momentos era la catarsis, después de tanta rigidez y disciplina en el desarrollo de las actividades de las materias
 
Su afición por el fútbol, a pesar de que Venezuela en aquel entonces la afición por este deporte no era muy usual, pero logró ese apasionamiento, carente de técnicas elementales…sin embargo allí pateábamos el balón, hasta lograr un bendito gol…. siempre mencionaba los encuentros entre huracán y el rayo….tiempos después no se si se refería al Rallo Vallecano…y el otro equipo huracán, intuyo este ultimo como equipo de las divisiones menores de la liga española…. me enteré posteriormente por el mismo  que es fanático del Real Madrid…. 

Terminada la primaria, no tuve la oportunidad de saber nada del profe. Zamora, otros destinos aguardaban por mí  y así transcurrió el tiempo,  pero siempre tenía en mente y siempre esperanzado de localizarlo y escucharlo nuevamente…  con la facilidad de las redes sociales, indagué quién sabía el paradero de un señor llamado profesor Zamora, que ejerció labores en el instituto educativo Judibana, hasta que la providencia me ayudó, y a través de conocidos del profesor Zamora en Judibana, me suministraron su dirección, y su teléfono particular. Una emoción indescriptible al escuchar después de unos cuantas décadas, esa voz vozarrona, inmediatamente los recuerdos de las aulas de clases vinieron a mi mente… fueron sentimientos compartidos…de emoción y un poco de congoja 

Como un agradecido de la vida y del profesor Zamora siempre lo he manifestado en público y en privado….este personaje, llamado en confianza  por mi como: viejo lobo del mar de la enseñanza, el decano, y  el más conspicuo educador que haya pasado por el instituto educativo Judibano, la nata y crema de la enseñanza, sin desmerecer  en tiempo y espacio a los demás educadores que han pasado por las aulas de nuestro querido Instituto Educativo Judibana

Al estimado profesor Rafael Zamora Méndez, con su carácter recio, su mirada penetrante, su apasionamiento a la educación impartida en el Instituto, todas esas cualidades quedan cortas, por el legado dejado a generaciones de egresados del Instituto, gracias profe, bendiciones del creador para usted.

HUGO CONTÍN ESPINOZA