No cualquier escenario es el ideal para dejar nuestra impronta
"En el mismo momento en que llegamos a comprender que nuestra existencia resulta fundamental para la existencia del universo también nos daremos cuenta, paradójicamente, de que nuestra personalidad depende completamente de la existencia de todo lo demás.”
Decía Alan Wilson Watts, filósofo británico, así como editor, sacerdote anglicano, locutor, decano, escritor, conferenciante y experto en religión que, “El mundo entero lleva nuestra impronta personal. Sin embargo, en el mismo momento en que llegamos a comprender que nuestra existencia resulta fundamental para la existencia del universo también nos daremos cuenta, paradójicamente, de que nuestra personalidad depende completamente de la existencia de todo lo demás.”
Parafraseando al mencionado, que duda cabe que, a nosotros los humanos, nos gusta que la "posteridad" nos recuerde, condición inherente y además legítima dada nuestra condición perecedera en el Planeta; no en vano y merced a ello, cada cual en su escenario, lega su impronta como señal de su paso, logros.
Claro que, hay lugares en los que si cabe y otros en los que, el hacerlo se aleja del sentido común y del respeto, precisamente a la transmisión del legado.
Pero para no divagar y que sepan de que hablo, quiero señalar que, es innegable que en los últimos años ha aumentado la práctica del senderismo en nuestra isla y por consiguiente, cada vez más personas se acercan a la montaña en busca de practicar un poco de deporte, disfrutar de las vistas, el aire libre y beneficios que todos conocemos. Hasta aquí, esta actitud me parece positiva y como adepto a este deporte, me siento feliz con ese auge.
El problema viene cuando olvidamos que, nosotros sólo somos unos simples visitantes en estos maravillosos lugares y que debemos conservar y preservar el estado de la montaña; cuando esa costumbre de dejar lemas personales o simplemente una firma al paso por ese lugar, se este convirtiendo tristemente en una moda.
Tenemos que tener claro que no debemos estropear la belleza que cientos de años se ha tallado en la roca, y lo más importante, la montaña está indefensa ante nuestra acción, disfrutemos de ella tal y como está y con el suficiente respeto como para dejar que nuestras generaciones sigan disfrutando de ella.
Es inevitable que los caminos y veredas se pierdan, se amplíen o cambien. Pero si hay algo que tenemos que tener claro es que es obligación de todos la conservación del medio que nos rodea.
Como decía al comienzo, que nuestra personalidad y deseos de eternidad, no interfiera en la natural existencia de lo que nos rodea. Estas fotos las tome hace unos días por la zona de Puntallana, lugar catalogado como Reserva Natural Especial. Juzguen ustedes.
Antonio Arteaga Mora, Ultra distance runner of ECCO and Coreevo.
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