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sábado, 23 de noviembre de 2024 00:00h.

La política no es un juego de colegiales

Rubén Martínez

Uno de los objetivos que se plantean las Cámaras representativas ante la desafección generalizada que hay hacia la clase política es acercar a los jóvenes al día a día parlamentario.

Se invita a los centros educativos para que asistan a los hemiciclos y durante un día, cientos de alumnos ocupan el sacrosanto espacio de la democracia. Es interesante atender a la diversidad de comportamientos que muestra el alumnado en ese trance.

Algunos alumnos se sientan en los escaños de sus señorías; otros corretean por los pasillos ante las invectivas de sus profesores, afrentados por su actitud pueril ante tan sagrado lugar. Los menos observan impávidos tanto boato, e incluso hay algunos a los que les sorprende que el espacio sea tan diminuto.

Pero suelen ser los más juguetones e infantiles los que, ante el despiste de sus maestros, se acercan al estrado y tal como actores imitan la verborrea y los gestos de nuestros representantes públicos: manos sobre el atril, mirada al frente, gesto adusto.

Sus compañeros raudos y veloces sacan los móviles e inmortalizan el momento entre risas y bromas. No más, puro juego de colegiales, inocente en su irreverencia.
 
Pero lo festivo se vuelve trágico cuando el juego es al revés, cuando nuestros  responsables públicos juegan a ser niños e imitan sus comportamientos en las cámaras.

En ese caso cabe preguntarse si saben qué es lo que representan, si conocen la responsabilidad que se deriva de ser la imagen de una sociedad. No vale con demostrar la dotes de  imitador  y elegir el mejor perfil para la foto.

Ahora ya no es un teatrillo. Deben salvaguardar la dignidad que ostentan. Ahora es tiempo de conocer, trabajar, debatir y responsabilizarse. Es tiempo de la política real, no de imposturas. 


Rubén Martínez Carmona (Consejero por Sí se puede)