Un día más leo con estupor la columna de opinión-comunicado-reflexión en voz alta o cualquiera sabe que nuevo género literario inventado por el consejero insular del Partido Popular (PP), Javier Trujillo en el que habla de desempleo como si su partido acabara de inscribirse el registro de formaciones políticas.

El dirigente popular se expresa con una ligereza que raya el insulto del paro sin darse cuenta de que a pesar de lo que cree los ciudadanos no somos tan imbéciles como él presupone. Nadie duda de que si existe en estos momentos un auténtico responsable del desempleo en este país es el PP. Son ellos quienes apenas surgen cuatro datos mínimamente positivos y notoriamente maquillados lanzan las campanas al vuelo y se dedican a criticar los demás, siempre a los demás. Y sobre todo a quienes sí han demostrado sobradamente su sensibilidad social de forma más que evidente.

El Cabildo de La Gomera, diga lo que se diga, es hoy por hoy un referente incluso en el ámbito nacional de esfuerzo por ayudar a los más débiles. Son ya muchos los años durante los cuales nuestros hijos han podido estudiar gracias a su generosa política de becas. Son incontables los ejercicios en los que el Cabildo ha realizado un esfuerzo sobrehumano exprimiendo sus limitados recursos hasta lo imposible con el fin de dar trabajo a nuestros vecinos. Probablemente si todas en las instituciones españolas se contagiaran de esta forma de actuar nos encontraríamos con un país muy diferente.

Pero precisamente, como no ocurre así, como todavía ustedes los del Partido Popular no conocen otra política que la de beneficiar a los poderosos a costa de machacar a los más débiles es por lo que aún estamos en la situación en la que estamos y que podríamos resumir de esta manera: España ostenta hoy por hoy el tristísimo y vergonzoso récord de ser el segundo país con mayor nivel de desempleo de toda Europa, tan sólo superado por Grecia. España cuenta en la actualidad con un déficit absolutamente desbocado pese a los brutales recortes sociales que ustedes han aplicado sobre los más débiles. 

Eso en cuanto a datos objetivos. Por que si hablamos de lo que cada uno percibimos podríamos decir que España es hoy por hoy un país con mayores desigualdades sociales, con mayor índice de pobreza, con una clase media a punto de desaparecer y una clase humilde que sobrevive a pesar de los numerosos pisotones que recibe un día sí y otro también.

Los españoles tenemos hoy por hoy menos derechos sociales, menores posibilidades de acceder a la Justicia, a los servicios sociales y sanitarios y estamos sumidos en una espiral de espíritu retrógado que nos sitúa al borde de una época franquista que creíamos superada. Y todo eso a cambio de nada.

El sacrificio empleado por los más débiles no ha tenido ningún sentido ni niguna finalidad y mucho menos recompensa. Ha sido un esfuerzo inútil que ha llevado al país a la desesperación más absoluta.
Y en medio de esta catástrofe de desempleo, retrocesos sociales y económicos aparece la apocalíptica figura de Javier Trujillo riéndose de quienes están arrimando el hombro para dar de comer a nuestros vecinos.

La indignación, perdone que se lo diga, es doble, sino triple. Les ha bastado que se sumen unos pocos miles de contratos basura con los que maquillar las alarmantes cifras de desempleo para tener la desvergüenza de comenzar a lanzar acusaciones a los cuatro puntos cardinales.

Me temo que las preguntas que plantea en realidad sólo pueden ser respondidas por usted mismo o por los que militan en su partido. Son ustedes los que deberían poner cara y saber quienes conforman ese 25% de la población que no puede acceder a un puesto de trabajo. Son ustedes los que deberían darles explicaciones a esos vecinos que ciertamente se han quedado sin ningún tipo de prestación porque el PP se las ha negado. No el Cabildo que sí ha otorgado ayudas a sus hijos para que puedan seguir estudiando y ofrecido puestos de trabajo para que puedan vivir con dignidad. Desde hace años nadie en esta Isla ha dejado de estudiar por causas económicas y este año más de medio millar de personas podrá cobrar un sueldo cada mes.

Pero en toda esa retahíla de demagogia y de desvergüenza que suponen sus cartas-comunicados hay todavía extremos en los que podemos estar de acuerdo. Por ejemplo cuando de vez en cuando repite que retrocedemos a épocas pasadas. Sin duda ocurre así, pero no precisamente a causa del Cabildo sino más bien a pesar de los esfuerzos que me consta se hacen desde esta Institución.

En cuanto al inventario que solicita el señor Trujillo sobre las personas desempleadas creo que incluso sobra. Si por algo se ha caracterizado nuestro presidente, Casimiro Curbelo es por estar al lado de la gente y conocer sus necesidades sin necesidad de recurrir a ningún estudio. Él si ha visto  la cara de quienes tienen más necesidades porque los va a visitar a su pueblo o los recibe cada día en su despacho. Porque no es ningún asesor no se sabe muy bien de qué, que trabaja no se sabe muy bien dónde y que cobra no se sabe muy bien cuánto. Como usted.

En definitiva nos da la impresión de que el señor Trujillo ha entablado una conversación consigo mismo y por un momento ha tenido un viaje astral fuera de su persona, porque de todo lo que acusa al Cabildo es precisamente de lo que es responsable él y su partido.

Pero nada nuevo bajo el sol. Desde hace más de un siglo a este fenómeno psicológico es  conocido como la sombra. Esa parte oscura de nosotros mismos que somos incapaces de aceptar y que por eso sólo detectamos en los demás. Por todo ello las respuestas que dice usted esperar desde afuera las puede encontrar en su interior si es capaz de mirarse sinceramente en el espejo.

Eladio Morales