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viernes, 15 de noviembre de 2024 00:00h.

Soria, siempre un fiel empleado de las multinacionales

En el momento de terminar el último intento fallido de sesión de investidura de Mariano Rajoy, conocíamos la noticia del nombramiento de Soria, como Comisario Ejecutivo del Banco Mundial, en representación del Estado español (y de México, Venezuela, Colombia, Costa Rica, Salvador, Guatemala y Honduras).

Este hecho, nocturno y alevoso, contradecía de facto la tan cacareada regeneración democrática del pacto del PP con el Frente Nacional naranja. Lo único que parece que están dispuestos a regenerar es la corrupción. Si no hubiera sido así ¿por qué no lo anunció Rajoy en su discurso de investidura, como un ejemplo de cosas que hace bien ese gobierno en funciones?

Nos han inundado de argumentos que no van al fondo del asunto, como "desvergūenza del PP", "error político", incluso algunas críticas internas de sectores de dicho partido. Tanto Rajoy como De Guindos (que en el mismo paquete que Soria coloca a su sobrina, Beatriz De Guindos, como Directora alterna, puesto que comparte con los paises que España representa) nos han intentando engañar con aquello de que "Soria es un funcionario, que esto es un mero acto administrativo, un simple concurso de méritos de un funcionario", cuando todos sabemos que es un cargo de libre designación del Gobierno, -que lo podía vetar- mediando eso sí, el informe de una comisión designada por el Ministro de Economía, compuesta en este caso toda ella por Técnicos Comerciales del Estado (grupo funcionarial de Soria, en el que ha trabajado sólo cinco años, pues el resto, hasta 21, los ha pasado en excedencia especial en puestos políticos: alcalde, presidente del Cabildo, vicepresidente del Gobierno Canario, diputado autonómico y estatal, Ministro). Una vez más, son unos mentirosos compulsivos. 

¿Por qué Soria, a pesar de tanto escándalo y posible desgaste electoral? Porque, con toda probabilidad, los que mandan de verdad en este país han decidido que es el candidato idóneo para seguir defendiendo sus intereses en esa institución concebida para la defensa de los intereses del gran capital, como lo hizo desde el Ministerio.

¿Qué méritos tiene este individuo que ha vivido peligrosamente cercano a múltiples casos de dudosa legalidad y de reprobable falta de ética? Recordemos los casos Salmón, Tindaya, Eolo, chalet, sus estancias vacacionales en hoteles ilegales... su animadversión hacia la jueza Victoria Rosell, sus reiteradas mentiras ante la aparición de su nombre en los Papeles de Panamá, que trajeron consigo su dimisión forzada como ministro, diputado y presidente del PP canario (que, por cierto, lo recibió entre vítores y parabienes). Y siempre con un rasgo predominante: su carácter autoritario.

El ínclito Soria fue durante la pasada legislatura Ministro de Industria, Energía y Turismo, un ministerio al servicio de los intereses de las grandes empresas eléctricas, petroleras, hoteleras,... en esencia de los que detentan el poder económico y el poder político en este país. Y siempre unido a sus amigos del alma: Mariano Rajoy y De Guindos.

En abril de 2012, como Ministro y con grandes aspavientos, se trasladó a la Argentina de Cristina Kirchner, que había nacionalizado YPF (filial de REPSOL, con mayoría de capital extranjero), al grito de "defensa de los sagrados intereses patrios de nuestras empresas". Continuó su actividad ministerial con el "impuesto al sol" (octubre 2015), que gravaba las placas solares de los particulares, beneficiando a las compañías eléctricas Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa y a sus dueños, gentes de los bancos y las grandes fortunas. Tampoco tuvo empacho en enfrentarse al pueblo canario, convirtiéndose en el adalid de los intereses de REPSOL, permitiendo las prospecciones petrolíferas en aguas próximas a las islas. Junto con Mauricio, se les puede adjudicar el título de "conseguidores en Madrid para los intereses de la burguesía canaria". Con esa hoja de servicios es evidente que la puerta giratoria estaba muy engrasada. Y sólo tenía que rellenar la instancia para solicitarlo.

Su actividad parece que consistirá en trabajar un par de días por semana, aprobando los préstamos del BM a países en desarrollo y elegir, como han hecho sus predecesores, a personajes tales como Rodrigo Rato, Dominique Strauss-Khan o Cristine Lagarde, todos ellos de reconocida ejemplaridad ética. Por ello cobrará, libre de impuestos, un salario de unos 226.000 euros anuales (más de 600 euros al día). Suponemos que, para echar unas horas extras y completar salario, su admirado e imitado José María Aznar lo paseará por los diversos foros y santuarios del neoliberalismo y, juntos -sin mover el bigote-, se reirán a carcajadas de todos los que con su voto los auparon al poder y del resto que los hemos tenido que sufrir.

Basta ya de corrupción, mentiras y atropellos de nuestros derechos y nuestra dignidad. Sobran razones para desalojarlos cuanto antes del Gobierno: ¿a qué espera el PSOE?

Manuel Marrero Morales