De como siendo cuadrado encajas en el mundo de los redondos
En mi cita quincenal con los lectores de Gomera Actualidad hoy os voy a contar el cuento de Cuadradito y los Redonditos:
Esta es la historia de Cuadradito, que intentaba encajar en el mundo de sus amigos, todos Redonditos
Cuadradito juega con sus amigos. ¡Ring! Es hora de entrar en la casa grande.
Pero ¡Cuadradito no puede entrar! No es redondo como la puerta.
Cuadradito esta triste. Le gustaría mucho entrar en la casa grande. Entonces, se alarga, se tuerce, se pone cabeza abajo, se dobla. Pero sigue sin poder entrar.
¡Se redondo! le dicen los Redonditos. Cuadradito lo intenta con todas sus fuerzas. -¡Te lo tienes que creer! dicen los Redonditos. -Soy redondo, soy redondo, soy redondo... -repite Cuadradito. Pero no hay nada que hacer
-¡Pues te tendremos que cortar las esquinas! -dicen los Redonditos
-¡Oh, no! dice Cuadradito-. ¡Me dolerá mucho!
¿Qué podemos hacer? Cuadradito es diferente. Nunca ser redondo. Los Redonditos se reúnen en la sala grande. Hablan durante mucho, mucho tiempo. Hasta que comprenden que no es cuadradito el que tiene que cambiar. ¡Es la puerta!
Entonces, recortan cuatro esquinitas, cuatro esquinitas de nada que permiten a Cuadradito entrar en la casa grande junto a todos los Redonditos.
Fin del cuento con final feliz
Este cuento lo tendría que leer todos los niños en los colegios y en sus casas, y así aprenderían a respetar a todas las personas y mostrarían más empatía.
En este mundo hay muchísimos “cuadraditos” que convierten su vida en una lucha por ser aceptados por tantísimos “redonditos” que hay.
En este cuento veo reflejados/as a tantos padres y madres que tenemos hijos con DC que al igual que nuestros hijos/as también pasamos a ser los cuadraditos que no encajamos con los redonditos, ya que estos se piensan que son el ombligo del mundo y miran a los cuadraditos por encima del hombro…Bueno a veces ni eso, los cuadraditos se vuelven invisibles para la mayor parte sociedad.
Las madres (nombro a las madres porque son siempre, salvo excepciones, las principales cuidadoras pero incluyo también a los padres cuidadores que también hay) pues como decía las madres que tenemos hijos/as con DC pasamos automáticamente a ser las cuadraditas de turno, me explico:
Las madres redonditas (las llamadas “normales”) cuando sus hijos son niños, después adolescente y más adelante adultos todo transcurre como es lo esperado, sus hijos sacan buenas o no tan buenas notas, echan novia o novio o prefieren vivir libres como el viento sin ataduras, se gradúan, celebran y festejan la vida, llega un momento en que vuelan solos abandonando el nido; también los hay que no dejan la casa de sus padres porque no tienen medios para independizarse o porque les resulta más cómodo estar en casa a plato puesto (de todo hay en la vida) pero ellas, las madres redonditas llega un momento en que ya sus hijos no las necesitan permanentemente y entonces llega la hora de tener tiempo para ellas mismas, y cada una hace de su capa un sallo.
Sin embargo las madres cuadraditas lo tenemos muchísimo más complicado, yo voy a deciros como lo vivo, cada madre tiene sus vivencias y daría para escribir mucho libros.
Yo soy muy activa y así pienso seguir mientras nada muy grave me lo impida.
Mis aficiones son múltiples y variopintas. Escribir, leer, gimnasio, bordar a punto de cruz, ya no lo hago pero era una de mis aficiones, también la música, el baile, teatro, conciertos, los animales me chiflan, hice voluntariado hace años y la verdad que de todo he sacado lo mejor.
Hace unos años apunte a mi hijo a los talleres de teatro y fue precisamente ahí donde se acentuaron más las diferencias entre las personas redonditas y las cuadraditas, os lo explico:
Nuestras compañeras/ compañeros de los talleres de teatro le pueden dedicar a ese espacio cultural todo el tiempo del mundo, la mayoría tienen a sus hijos independizados, bien es cierto que también hay teatreros con hijos más pequeños.
Algunos de los teatreros tienen nietos, pero tanto unos como otros su vida la tiene más o menos encauzada dentro de la “normalidad”
Con la licencia que los años les permiten y el tiempo del que pueden disponer, se pueden dedicar más de lleno en actividades que les gusten.
Sin embargo las personas cuadraditas entre las que me incluyo no podemos dedicar todo el tiempo que quisiéramos a esas actividades culturales porque nuestro tiempo nos los marcan nuestros hijos “cuadraditos”, hay que adecuarse a sus ritmos, a sus rutinas. Ellos necesitan de nuestros cuidados igual que si fueran niños pero son adultos.
Alguna vez yo he tenido que marchar antes de tiempo de algún ensayo o concierto de música porque a mi hijo se le hacía largo o porque la música estaba con un volumen muy alto y eso no le gusta.
Dejo a continuación información de interés para quien no conoce a personas con TEA, o las conocen pero se extrañan ante su comportamiento
Procesamiento sensorial:
Las personas con TEA pueden procesar los estímulos del entorno de manera diferencial
Las dificultades pueden afectar a todos los sentidos: vista, gusto, tacto, olfato, oído, equilibrio.
Las diferencias en la manera de procesar la información sensorial pueden manifestarse en reacciones de hipersensibilidad o de hiposensibilidad a los estímulos.
Las personas con TEA pueden ser extremadamente sensibles a algunos estímulos del ambiente resultándoles molestos o dolorosos (ruidos, luces, olores, sabores etc.
Los contextos con sobrecarga estimular (muchas luces, sonidos muy altos, aglomeraciones de personas etc.) pueden suponer un reto para las personas con TEA.
Comprender sus comportamientos, nos pueden parecer inusuales (taparse los oídos, moverse continuamente, correr, saltar, frotarse las manos, oler los dedos, tener problemas para identificar el dolor, balancearse etc. No es porque sean personas caprichosas o mal intencionadas, tan solo es ponerse en el lugar de ellas, cada día es un reto acompañado de la incomprensión y las burlas de la mayor parte de la sociedad.
Por eso el cuento de Cuadradito nos identifica plenamente a los que vivimos esta realidad
Se necesitan muchos redonditos que hagan la vida más agradable a los cuadraditos. Los políticos forman parte de esos redonditos que tienen el poder y los recursos para recortar las esquinas de las puertas para que los cuadraditos puedan tener los mismos derechos que los demás ciudadanos redonditos.
No estaría nada mal empezar por ampliar las puertas de las Consejerías de Derechos Sociales y Bienestar así como también los demás estamentos, donde sobran esquinas; esas cuatro esquinitas de nada pero que dificultan tanto la vida a los que no pueden entrar por ser diferentes.
Por lo arriba expuesto es por lo que yo no puedo dedicar parte de mi tiempo a memorizar textos para el teatro, no me da la vida para todo, por eso mi papel secundario pero no por eso menos importante, es estar de apoyo para Tono, vengo a ser su asistente personal y os aseguro que es muy gractificante verle encima del escenario sonriente, feliz dándonos a todos una enorme lección al hacernos ver que aunque a veces su papel son pequeñas frases el está tan feliz como si fuera un actor recogiendo su Goya.
Como el otro día decía una compañera teatrera, "Una humilde coma, cambia todo un texto ...aqui todos somos importantes"
Estoy totalmente de acuerdo, nadie es más que nadie.
Tono es afortunado porque aunque es "redondito" tanto en las clases de música como en los talleres de teatro, han cortado esas cuatro esquinitas de nada para que el pueda entrar como todos los demás.
Ahora solamente queda que los políticos sean del color que sean se pongan a trabajar quitando esas molestas esquinas que no deja entrar a todos por igual.