Decir lo que se piensa infringe la ley
En mi cita con los lectores de Gomera Actualidad hoy tendría tanto que escribir, tanto que decir… que las letras cada una cogería rumbos distintos.
Una vez pasadas las fiestas del buen rollo y buenos deseos, ya podemos pasar a ser los mismos de siempre pero sin caretas, sin hipocresía.
Tengo que reconocer que este tiempo de asueto navideño me ha servido entre muchas cosas a desconocer personas que creía conocer. Tan solo escuchando, viendo actitudes y sobre todo, fijándome en los hechos, tengo muy claro que este año nuevo no sé qué me va a deparar, pero lo que sí sé es que donde antes había dudas, ahora hay certezas, donde antes me decía, -no hay que pensar mal, puedo estar equivocada-
Ahora sé que el refrán que dice: “Piensa mal y acertarás” es tan certero como que todos nos vamos a morir.
De más joven pensaba que todo el mundo era bueno; con los años y las vivencias, cambie de opinión y en el momento actual tengo la certeza absoluta que este mundo es un estercolero; un circo de vanidades, donde la envidia es la protagonista.
No mostramos sororidad, estamos a la que saltamos por todo, los valores hace tiempo que se han volatilizado, la caridad brilla por su ausencia y los insultos y bulos están a la orden del día; sin olvidar que la censura mediática y escrita está al alza.
Si se dice lo que una piensa, unos claman al cielo, otros se escandalizan y los que quedan te ponen la cruz.
En fin, a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga, basta ver el revuelo que se armó con las campanadas de la TVE.
Me alucina que los que se ofenden por una estampa, son los mismos que se callan cuando los sacerdotes abusan de niños y niñas, y eso no es ningún bulo, es la vergonzosa realidad.
"Abusos sexuales iglesia católica"
'La investigación del Defensor del Pueblo estima en 440.000 las víctimas de pederastia en la Iglesia española
El histórico informe sobre los abusos en el clero, muy duro con la institución, convierte a España en el país con la proyección oficial de víctimas más alta. Se basa en una encuesta a 8.000 personas que cifra los afectados en un 1,13% de la población. Recomienda que el Estado también asuma su indemnización.
Los obispos, tras negarse a cooperar con las instituciones como propone el Defensor del Pueblo, publican un formulario para que los afectados soliciten indemnizaciones. Una comisión eclesial estudiará cada caso"
No hay más preguntas señoría...
Bueno, sí, ¿Pensarán que con la indemnización reparan el daño irreversible causado a los niños y niñas a los que han destrozado su vida?