Ella

Ella era muy graciosa y tenía la virtud de hacer reir a los demás.
Según fueron pasando los años la vida ya la veía desde otra perspectiva, no obstante nunca dejó de escribir, era su terapia, su salvavidas en momentos que no veía salida por ningún lado.
Ella le hablaba de su madre, de su abuela, de la guerra y posguerra, de las cartillas de racionamiento, de las dos Españas divididas, del odio entre hermanos, de la muerte.
Una vez ella me contó cómo su madre sin proponérselo la lio muy gorda.
Su madre en la posguerra acudia a los comedores sociales, (Auxilio Social llevado por mujeres falangistas) allí les daban comida para llevar o para comer allí mismo.
La madre la primera vez que acudió allí se colocó en la fila que les indicaron y brazo en alto tenía que responder a las consignas que la mujer que estaba al mando iba gritando:
¡España!
-Una
¡España!
-Grande
¡España!
-Libre
La madre al grito de España dijo:
¡España!
-Una
¡España!
-Dos
¡España!
-Tres
Se formó tal revuelo al ver que una chavalina se saltó el concepto "Indivisible" y si la dejan hace separatismo o incluso descentralización.
Y no era esa su intención, su intención era llevarse un poco de comida para ella, para su madre y hermanos lo demás lo dijo sin maldad porque entendía que España era una pero como a la primera seguían...si no la paran llega a cien.
Ella siguió escribiendo, a medida que pasaban los años, sus escritos fueron cambiando, y ya había cosas que le tocaron vivir que le dio la vuelta como un calcetín.
Escribía sobre las injusticias que se cometen con las personas vulnerables, con personas con discapacidad y observaba que era como predicar en un desierto, pensó muchas veces en tirar la toalla pero no podía permitir que en fechas como el 8M nadie mencionara los malos tratos y los abusos sexuales de las mujeres y niñas con discapacidad.
Para la mayor parte de la gente estas personas no cuentan son los parias de la sociedad, nadie vela por su bienestar.
Y llegó un momento que ella dejo de creer, dejo de confiar, llegaron las decepciones al ver que los derechos que dicen que tenemos, se quedan en papel mojado a la hora de pasar del dicho al hecho.
A ella le quitaron toda esperanza de conseguir lo que desea.
Le llegó la desilusión, el desengaño, la desesperación el desaliento.
Ella ahora es una desahuciada de la humanidad, una agnóstica de la vida.