A mis sesenta y seis primaveras
En mi cita quincenal con los lectores de Gomera Actualidad hoy aprovechando que es mi cumpleaños quiero hacer balance de estos años vividos.
El libro “En el Otoño de sus Vidas” (Ignacio Ramón Martín Vega) me sirve para resaltar mi escrito de hoy.
Yo también estoy en el otoño de mi vida pero no me siento mal por ello, al contrario estoy agradecida a la vida por haberme permitido llegar hasta aquí y si el Coronavirus me lo permite me gustaría llegar al invierno de mi vida; siempre y cuando mi cabeza la tenga en mi sitio y tenga calidad de vida.
Los años no quiere decir que ya todo se acaba, pienso que la actitud que tomemos en la vida, esta nos permite llegar al otoño de la misma, como es mi caso, disfrutando de lo que esta nos ofrece, sabiendo sacar partido a lo que nos da. No me gustan las personas que pasan toda su vida queriendo tenerlo todo, no queriendo envejecer y pretendiendo ser lo que no son…Me parecen patéticas.
Está bien arreglarse, ser coqueta, (no por agradar a ningún paisano, para nada), las mujeres nos tenemos que arreglar para nosotras mismas. Muchas veces he escuchado decir, no me corto el pelo porque a mi marido no le gusta, o, voy a comprar este vestido porque a mi pareja le encanta…Vamos a ver. tu marido o tu pareja que ande a su gusto pero sus gustos que no te los imponga a ti. Si a él le gusta tal vestido que se lo compre y lo luzca y si le gusta el pelo largo que él se deje melena y si tiene poco pelo que se ponga extensiones.
Las mujeres tenemos que tener autoestima, decidir por nosotras mismas y sentirnos bien para los que están a tu lado también lo estén. Pero no estar pendiente si le gusta a menganito o fulanito, quien vive pendiente de la opinión ajena clarito lo lleva. Mi máxima es vivir mi vida sin meterme en la de los demás y pasar de las opiniones ajenas, a quien no le guste que no mire..
Hoy con 66 años recién estrenados me siento muy reivindicativa, hace años que empecé a vivir la realidad sin artificios ni mentiras y según pasa los años digo lo que siento y sin filtros…
Para lo que me queda en el convento….He dejado atrás el agradar a todo el mundo, siempre he estado para todos y muy pocos han estado para mí cuando los he necesitado por lo tanto la vida te va enseñando que no es todo oro lo que luce., muchos te quieren mientras les sirves para sus intereses y después si te vi no me acuerdo. Soy muy observadora, dicen que quien de este mundo quiere gozar tiene que ver oír y callar y eso procuro hacer pero también obro en consecuencia de lo que veo oigo y escucho.
En este largo trayecto he conocido a personas maravillosas me quedo con los amigos que están para lo malo, para lo bueno todos nos apuntamos, me quedo también con mi familia, con mis peludos pero por encima de todo me quedo con Tono, el mejor regalo que nos hemos hecho mutuamente su padre y yo.
Me gustaría mucho poder seguir celebrando años con Tono para así poder acompañarle por muchos años en el camino de su vida, por razones obvias con el tiempo tendrá que hacer su camino solo y eso es lo que más me entristece.
Ahora dejo un pequeño resumen de mi balance de estos 66 años.
Toda una vida… Sesenta y seis años ¡¡Vivan las sesentañeras!!
El optimismo es parte fundamental para vivir.
Cuatro estaciones tiene el año; primavera, verano, otoño e invierno y así nosotros pasamos por ellas sin darnos cuenta.
Mi primavera fue feliz, despreocupada, y con ganas de hacer trastadas una tras otra (feliz e inocente infancia)
Mi verano, fue como escuchar muchas canciones, unas soñadoras, otras románticas, otras tristes, en fin de todo un poco.
Mi otoño, es el que estoy viviendo ahora, porque sí, ya he llegado al otoño de mi vida…
En esta etapa estoy recopilando, recuerdos, vivencias, nuevas experiencias, algo de sabiduría para discernir lo bueno y lo malo; lo falso y lo auténtico, valorar lo que se tiene y anteponer lo prioritario por encima de todo.
Sé que mi camino cada vez se hace más corto, el tren en el que viajo cada vez me acerca a mi destino final, pero afortunadamente hace paradas largas tal vez para que pueda culminar proyectos, seguir haciendo cosas que me aporten buenos momentos, y apurar la vida a sorbos, porque si la tomo de un trago se acabó todo.
Cuando era niña tardaba en pasar mucho el tiempo, deseando que llegara el domingo, deseando que llegaran las vacaciones escolares, deseando que llegara el ratoncito Pérez para traerme un regalo por dejarle mí diente; muchas ganas de hacer la primera comunión, pasarme el día jugando con las muñecas y con las amigas de la escuela pero siempre feliz y despreocupada porque tenía a mis padres para hacerlo por mí.
Al llegar a la adolescencia tenía prisa para todo, que me dejaran salir al cine con las amigas, a las romerías, tener novio, casarme, tener hijos en fin lo que por aquellos años se estilaba.
Cuando estamos con esas edades no somos conscientes de la juventud que tenemos, no pensamos que se acaba y solo nos gusta pasarlo bien y andar de folixa en folixa (el divertimento de hace años no es como el de la época actual, para mi gusto era más sano todo) pero los tiempos cambian, llegan las nuevas tecnologías y todo va en algunos aspectos para peor.
Yo ahora veo todo de manera distinta, si antes me gustaba tener muchas cosas, ahora me gusta más la sobriedad, menos es más.
Antes valoraba lo superfluo como pueden ser los regalos, ahora me gustan más los regalos emocionales, esos amigos o amigas que te acompañan en los peores momentos no tiene precio ni dinero que lo pague.
Me gustan las personas sinceras y que van de frente, procuro alejarme de los falsos amigos, tengo un sexto sentido y los huelo de lejos, pero aun así siempre te encuentras con personas que aparentan uno y son lo contrario la hipocresía no la soporto por eso prefiero muchas veces estar sola. La soledad elegida pienso que es un signo de inteligencia, necesito mi tiempo y mi espacio, y cuando estoy con personas que no me aportan nada me agarro del brazo de mi amiga "soledad" hacemos una caminata por mi mundo interior reflexionamos y sin hablar nos comprendemos. Ahora con más de la mitad de mi camino recorrido es cuando veo las cosas de manera distinta y parece que la vida en este último tramo quiere ser amable conmigo y me hace regalos inesperados que me dan vida a los años.
He conocido personas maravillosas que sin importar la diferencia de edad me lo paso genial con ellas; esas personas me aportan juventud y frescura, y yo les aporto sabiduría, un punto de locura y muchas risas.
A mi favor diré que mi edad biológica para nada está a la par de mi edad mental afortunadamente para mí, ellos no sé qué pensaran…
Y según pasan los años voy aprendiendo a comprender ciertas actitudes, a respetar las ideas de los demás, a no prejuzgar, e intento ponerme en la piel del otro.
Hace un año comencé a acudir a los talleres de teatro de Corvera, apunte a mi hijo y nuestro director Camilo me invito a que yo también participara, lo hice más que nada por acompañar a Tono y ahora ambos disfrutamos de lo lindo, cada uno aporta lo que puede y ambos estamos encantados con la experiencia teatrera.
Esta actividad de ocio me hace mucho bien porque estando allí me olvido del peso que llevo a mis espaldas ( todos llevamos nuestra mochila ) pero de vez en cuando es bueno soltarla por unas horas para después volver a cargarla de nuevo con más fuerzas; esas fuerzas que me dan todos los compis de teatro y nuestro director.
En la Escuela de Música donde va Tono a percusión también he encontrado personas amables, cariñosas y con las que nos reímos mucho.
Este pasado Septiembre Mi hijo y yo junto a otros compañeros hemos sido galardonados como Corveranos ejemplare, todo un orgullo el cual agradezco mucho ya que ese día Tono represento a todas las personas con distintas capacidades.
También hace un año que Jose Andrés director del periódico digital Gomera Actualidad me ofreció una columna quincenal en su medio para yo poder escribir.
La verdad que últimamente la vida me esta haciendo muchos regalos y no tengo derecho a quejarme.
Para terminar quiero resaltar todo lo bueno y olvidar lo no tan bueno. La vida esta compuesta por muchos ingredientes pero el éxito radica en hacer un gran plato con lo mejor de la misma.
Para terminar tan solo recordar que unidos podemos vencer al coronavirus, pero hay que seguir el protocolo y los consejos que nos dan los expertos .
Por favor no salir de casa, a no ser por necesidad y siempre guardando las distancias y el espacio establecido para cuidarse uno mismo y cuidar a los demás.
Para las personas que tienen que salir por su trabajo es necesario ofrecerles recursos para que puedan desempeñar el mismo con seguridad.
Agradecer a todos los trabajadores sanitarios, su trabajo, dedicación y esfuerzo por velar por la salud de todos exponiéndose ellos más que nadie al coronavirus.
Ellos sí que son héroes y merecen todo reconocimiento, pero al mismo tiempo necesitan que se les faciliten las herramientas necesarias para hacer su trabajo con seguridad.