Ni "reseteando" la Tierra
En mi cita quincenal con los lectores de Gomera Actualidad hoy reconozco que no estoy inspirada.
No es por falta de temas de los que escribir, es puro cansancio, agotamiento, ver que tropezamos siempre en la misma piedra, estoy tan desencantada de todo que, “como última voluntad para el día que deje de estar en este mundo pido que pase un meteorito tan cerca de la tierra que algunos les dará por rezar y otros meterán el DNI entre los dientes porque de la explosión no les van a reconocer en casa”
Dejando aparte mi sentido del humor y hablando seriamente, pienso que solo reseteando el mundo, las nuevas generaciones tendrán la inteligencia de mirar por el planeta.
El cambio climático se está apoderando del mundo, a pesar de los negacioncitas que niegan la mayor porque les conviene a sus intereses.
La naturaleza se rebela cuando ocupan su territorio, basta ver cuando se sale a caminar, como las sendas que han sido asfaltadas revientan cuando las raíces de los árboles se abren paso, su fuerza queda bien patente.
Los humanos nos hemos deshumanizado, vamos a nuestra bola mirándonos el ombligo sin pensar los cadáveres que dejamos a nuestro paso, aquí dejo un ejemplo:
No tenemos ningún respeto a las personas mayores, les tratamos como cosas viejas, nos reímos de lo que dicen o cuando cuentan “batallitas del abuelo cebolleta” Se les trata poco menos como si fueran niños pequeños a los que regañamos para educarles.
¡Craso error! Las personas mayores son una enciclopedia viviente, llena de la sabiduría que da los años y las experiencias vividas por cada uno.
En el otoño y próximo invierno de sus vidas tienen el derecho de vivir como les da la gana, de enamorarse, de divertirse, de bailar desnudos o vestidos bajo la luna o el sol, de viajar, de juntarse con amigos, de celebrar lo que les apetezca y de tener las riendas de su vida en sus manos, no en la manos de sus hijos (muchos de ellos los tienen de canguro cuidando nietos; siempre que sea voluntario y no una obligación impuesta es estupendo.
Lo que bajo mi punto de vista es demencial es que los abuelos tengan que hipotecar lo que les resta de vida haciendo de padres) y mucho menos en manos de residencias privadas, donde están como en un internado y son un cero a la izquierda, sin criterio y mucho menos con derecho a quejarse, el único derecho que tienen es a pagar mensualmente como si estuvieran en un hotel de cinco estrellas, cuando lo que se les ofrece es indignante e irrisorio, pero claro, donde manda don dinero solo cuenta el beneficio que se va a los bolsillos de los dueños de dichas residencias, para nada a los usuarios que allí viven.
Las personas mayores tienen el derecho de vivir en sus casas a no ser a fuerza mayor por motivos de salud. Pero cuando así sea, en residencias públicas, bien controladas y donde reciban el trato que se merecen después de toda una vida de sacrificios.
También me hace mucha gracia y al mismo tiempo me da mucha pena (no hay peor cosa que sentir pena o ser receptor de la misma) cuando escucho hablar a gente que se piensa que la juventud es eterna y que ellos no van a llegar a verse como ven a los mayores. Cuando les veo la cara de asombro que ponen si ven que las mujeres de edad interesante bailan, ríen, se pasan lo que dicen de ellas por el arco del triunfo…Esto les descoloca y lo que dicen…”están como cabras”. Benditas cabras que tienen el coraje que a ellas les falta en su efímera juventud.
Yo formo parte del grupo de mujeres que ya estamos en el otoño de nuestras vidas y reivindico vivir mi vida como yo quiero, sin estar bajo la tutela del rebaño donde su mejor distracción es hablar de…Me duele la pierna, me duele el pie, me duele la tibia y el peroné…
Madre mía esa negatividad no la soporto, me quita la energía positiva que tengo.
Por favor, quiero seguir como una cabra y cada día más.
Aviso a navegantes...quien se oponga le embisto.