¡Hasta siempre setenta, bienvenido setenta y uno!

Llegar a mayor tienen sus pros y sus contras, ves todo con más claridad, ahora sé que no todo es oro lo que reluce, que hay mucha hipocresía, mucho manipulador, mucho trepa, mucha envidia, mucho fantasma. No gusta que la mujer tenga su propio criterio, que piense por ella, no por lo que digan los demás; al patriarcado eso le descoloca. Pero lo peor es darte cuenta que en realidad nunca conoces a las personas.
Aunque parezca una contradicción es verdad que de las cosas negativas se aprende mucho. En mi juventud pensaba que todo el mundo era bueno, bien es cierto que aquella época nada tiene que ver con la actual; de aquella había respeto hacia los maestros, los padres, los abuelos eran los sabios donde buscar consejo, se les consultaba todo, no como ahora que se les tiene en cuenta solamente para aparcarlos en residencias mortuorias.
Siempre he celebrado mis cumpleaños con alegría y sin ocultar jamás la edad.
Dicen por ahí:
Si una mujer no tiene miedo a decir su edad, no tiene miedo a nada.
Como decía, siempre he celebrado mis cumpleaños, hace muchos años celebraba el mío y un día antes el de mi hermana, nos llevamos cinco años y un día.
Lo pasábamos muy bien, eran momentos prestosos recordando anécdotas de cuando éramos niñas y no tan niñas.
Estas celebraciones ya no las hacemos, pero me gustaría volver a celebrar juntas los que nos queden por vivir.
Un cumpleaños que no olvidaré nunca ha sido cuando cumplí 69 primaveras. Fue apoteósico, a lo grande, parecía una boda gitana, rodeada de amigos y de las compañeras y compañeros de los talleres de teatro, tengo videos y fotos guardados que cada vez que los visualizo me carga las pilas.
Otro cumpleaños inolvidable fue el del año pasado, me acompañaron tres amigas, y lo pasamos de cine, compartimos mesa, charla, risas y… hasta aquí puedo leer.
No podemos ser un libro abierto para todos, porque según dicen por ahí, “Algunos apenas saben leer, otros no saben interpretar y habrá alguien que te arrancará más de una página”.
Este cumple creo que va a ser completamente distinto, nada que ver con los anteriores, pero seguro que también me dará una nueva lección que atesoraré como esos frasquitos de esencia que me acompañan imaginariamente y me transmiten tanta paz.
Hace muchísimos años alguien me dijo: Todos venimos a este mundo con una misión y la tuya es cuidar y velar porque tu hijo sea todo lo feliz que es y mucho más; él te enseñara y tu aprenderás, ambos os retroalimentáis el uno de la otra.
Otra cosa que me impacto fue cuando me dijo:
Desprendes tanta fuerza que se me eriza el bello, todo lo que te propongas lo vas a conseguir.
Con el paso de los años en algo tengo que darle la razón y es que cuando comencé a escribir de jovencita, eran escritos de humor, escritos que dedicaba a mi padre, a mi hermana, a Rosi mi amiga de toda la vida.
Pero cuando vi como a mi hijo lo rechazaban por ser “diferente” comencé a escribir sobre la discapacidad, o como me gusta decir DC.

El tema fue a más cuando escribí referente al incierto futuro que le esperaba a mi hijo cuando los padres ya no estemos, en unos años todo dio vuelta y paso a ser un tema mediático, a eso ayudo el ser nombrados ambos, Corveranos ejemplares, nos entrevistaron en la televisión y también en los periódicos.
Es cierto que también recibí alguna crítica porque me decían que estaba exponiendo mucho a mi hijo, y era verdad. Pero si no exponía lo que había nadie se iba a enterar. Ya sabemos que de lo que no se habla, es como si no existiera.
Tanto en las clases de percusión como en los talleres de teatro iba dando mítines para informar y mostrar en ambos sitios le otra realidad que vivimos a diario.
Cuando mi hijo comenzó a los talleres de teatro, el Gerente de Cultura me invito a que yo también participara, así Tono se sentiría arropado ante algo nuevo para él, siempre digo que soy su telonera, y me siento muy orgullosa de serlo, aunque creo que ya no necesita refuerzo, porque eso se lo dieron todos/as los compañeros y nuestro director Adolfo Camilo.
He sido su abanderada, su guía, su compañera en el camino, y me siento muy orgullosa de haberle apuntarlo a toda clase de actividades desoyendo a los agoreros que siempre me decían, todos tienen un techo y una vez llegado ahí se acabó…¡Mentira! nunca se sabe hasta dónde pueden llegar.
Dentro de sus discapacidades, hay capacidades asombrosas, lo que ocurre que si hacemos caso a algunos profesionales y a gente que no vive nuestra realidad pero se pone a darte lecciones, apaga y vámonos. Por eso siempre digo DC, en realidad todos tenemos DC lo que ocurre es que de eso nadie se da cuenta, en fin…
Mi misión principal en este mundo es ser cuidadora de mi hijo, estar a su lado hasta el último minuto de mi vida, porque solamente él es quien me ayuda a seguir levantándome cada vez que he caído, él es el timón de mi vida.
Él es el faro que ilumina mi camino, ese camino tan corto que me queda por recorrer.

Mirando atrás la verdad que pienso que lo único bueno que me ha pasado en la vida es él; nos entendemos con una mirada, no hace falta mucho más, cuando grabamos vídeos es el no va más nos reímos, él porque me vacila y me pone caras para conquistarme y salirse con la suya, y yo porque estos momentos de risas y buen rollo no nos los quita nadie.
Pienso que el cielo y el infierno están en la tierra. Nosotros con nuestros hechos y acciones decidimos a qué lado estamos si cielo o infierno.
El infierno también está en la tierra, ahí están en su salsa los faltos de empatía, de humanidad, los prepotentes, los manipuladores, que quieren trepar a toda costa y ahí están opositando con los que son de su mismo palo.
En este largo trayecto de mi vida, si me preguntan que si he sido feliz la respuesta es; ¿qué es ser feliz?
La felicidad son pequeños momentos que hay exprimir porque enseguida se van.
Lo que me hace feliz es escribir, leer, la música, el teatro, los animales (tuve el privilegio de convivir con mis peludos Zuska, Isis, Sammy y Luna como 30 años desde Zuska hasta Luna que fue la última que murió. Con ellos conocí la lealtad sin límites, el amor incondicional y el acompañamiento terapéutico, que no te abandona y están a tu lado pendiente de tu estado de ánimo. Tanto Isis (gata) como Sammy (gato) y Luna (perrita) cuando otros no se enteraban que me había "caído" ellos ahí estaban para consolarme. Prefiero un millón de veces estar rodeada de animales que de la mayoría de los humanos.
Otra cosa que me hace feliz son los amigos, pero los amigos de verdad no existen, a lo más, conocidos con los que puedes tener más o menos afinidad o compañeros con los que compartes momentos de teatro.
Pero amigos de verdad me sobran dedos de una mano.
Mi auténtica amiga de verdad, donde puedo ser yo sin cortapisas es Rosi, mi amiga de toda la vida, hermana no de sangre, pero sí de corazón Ella es esa persona que lo que le cuentas ahí se queda, tenemos tantas vivencias juntas...tantos recuerdos, somos las guardianas de tantas confidencias compartidas...
A ella no necesito llamarla, siempre está cuando hizo falta, en lo bueno y en lo menos bueno, de eso se trata la amistad auténtica.
Bueno, hoy me he extendido más que nunca pero 71 años ya no los voy a cumplir nunca más y tendría tanto más que escribir...
Igual este es mi último escrito, me siento cansada, agotada; como decía mi padre:
¡Ay fía no puedo con la pila...de años!
Así estoy yo, pero más que por la pila de años lo estoy por agotamiento mental, este es peor que el agotamiento físico pero bueno es lo que hay y ahora lo que me quede por vivir, me lo voy a llevar todo por delante, tengo por ahí algunas cosa pendientes donde Tono es el protagonista.
Y eso me gustaría verlo antes de que mi camino llegue a su fin.
Tono y yo somos protagonistas de nuestra historia, nadie puede separar a una madre de su hijo y a la inversa.
La razón:
Lo llevé en mi vientre 9 meses, cargué con el peso de dos corazones, cuatro pulmones, me crujieron todos los huesos del cuerpo, perdí mi sangre por él al parir su vida a gritos.
Daría mi vida por él y cuando veo que esta pasa en un suspiro más me apremia hacer algo que lleva mucho tiempo gastándose.
Aunque sea lo último que hagamos juntos lo vamos llevar a término, los dos vamos de la mano desde que nació, hasta que la muerte nos separe.
Tono, cuando llegue al final de mi camino piensa que con aciertos y errores eres lo que más quiero en este mundo, que nadie trate de ponerse en medio porque “Una madre se vuelve una leona si ve que quieren impedir que sus hijos alcancen sus metas”.
Tu vida nadie la va a vivir por ti, tienes el derecho de vivir todos los buenos momentos.
Mientras tanto cariño brindemos por mi 71 cumpleaños y a ver si la vida me da alguna prórroga para seguir unos años más a tu lado.
Si no es así, recuerda que tú eres y serás siempre mi mejor regalo, el amor de mi vida.
Te quiero mucho hijo.